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Entrando al vinilo. Recomendaciones para incautos

El fiasco de mi primera tornamesa: barata vintage y hermosa. Sin saber nada
El fiasco de mi primera tornamesa, comprada sin saber nada de nada: barata, vintage ,hermosa y... defectuosa. 

Al grano. Hace aproximadamente un año que ingresé al mundo del vinilo. Siempre se ha considerado la panacea en términos de goce musical (quizás sólo superado por la cinta reel to reel) y he cometido suficientes errores en el camino como para prevenir a varios incautos. Se trata de un mundo maravilloso y un disfrute de otro orden, no precisamente porque se escuche mejor -la verdad, me importa bien poco lo de la guerra de los formatos y creo que esta discusión está ampliamente superada-, sino porque su experiencia de escucha deja muchas satisfacciones. Pese a todo, hay ciertas cuestiones en las que es preciso detenerse antes de entrar decididamente en el formato. 
Las prevenciones típicas: en este post no haré recomendaciones de tornamesas, ni cuál es mejor que la otra, ni de equipos en general. Desde ya prevengo que esas decisiones se encuentran suficientemente cubiertas en la red con varios post y videos de youtube y un largo etcétera. En audio, todo lo que esté asociado al vinilo se encuentra relativamente bien documentado y hay mucha información que fluye, pero también de esoterismo.
Por ello, quise establecer mis impresiones, tanto antes de tomar la decisión de entrar a escuchar vinilos y, una vez tomada la decisión, qué hacer para que la experiencia sea tan rica como es.


I. ANTES DE ENTRAR AL VINILO.
Esta página no es de las primeras que uno vea en Google cuando hace una búsqueda. Asumiendo eso, también presumiré que todo el mundo sabe, a grandes rasgos, qué es un vinilo y cómo se reproduce. Mas, en breve, para reproducir un vinilo, se requiere una tornamesa, la que en un brazo monta una aguja que se va moviendo entre los surcos del disco, lo que genera una señal finísima, que debe ser corregida y ampliada mediante un aparato llamado preamplificador de phono (a.k.a. pre de phono, a veces incorporado en la propia tornamesa), la que transforma esta señal en una salida de línea, apta para ser lanzada a un amplificador y luego a unos parlantes o audífonos, según sea el caso.
Atendido eso, hay que hacer las siguientes apreciaciones antes de lanzarse.

1.- El formato es caro.
Tener vinilos y reproducirlos es una experiencia maravillosa, pero cara. Conlleva el gasto natural en equipos, que es más o menos lógico, pero hay algo más que chupa dinero y no sacia nunca: los discos. Los discos de vinilos no son precisamente baratos y lamentablemente no hay recetas -lo digo a costa de harto dinero mal invertido). Cuando hablo de caros lo hago siempre en comparación de sus "rivales", el CD y los servicios de streaming, siendo el primero evidentemente más barato (salvo contadas excepciones, como formatos o ediciones especiales) y el segundo, por añadidura, el más barato de todos.
El mercado del vinilo es especialmente rico, ya sea comprando nuevo o usado. Es quizás el mercado más deseado en términos de usado: las primeras ediciones de los álbumes son especialmente buscadas por los amantes de la música y no es nada extraño pagar más por un primera edición que por una reedición nueva. Cabe señalar que los discos más baratos, nuevos y quizás no tan apetecidos, no son nunca inferiores a los diez mil pesos chilenos ($10.000.- CLP, algo así como USD 12 en abril de 2020), principalmente en ventas de supermercado. De esta forma adquirí "Money & Cigarrettes" de Eric Clapton, "Nightlife" de Pet Shop Boys o el famoso "Ziggy Stardust" de David Bowie. No obstante, estos precios son excepcionales y la media suele rondar entre los 15 a 25 mil pesos chilenos (17 a 30 USD), de reediciones de discos. Los precios respecto de productos de segunda mano suelen ser similares respecto de aquellos discos que se encuentran usados pero que son de época, salvo ediciones que se consideran mejores que las nuevas (no remasterizadas) o derechamente porque no provienen de fuentes digitales. Hay un mundo que es ajeno al mío y es el coleccionismo de discos tomados de sus cintas análogas (master recording), que suelen tener precios altos y son altamente apetecidos por la pureza de su fuente. Como muestra, revisar los precios de los sellos MoFi o Analogue Productions.
Una colección de discos en buen estado, provenientes de sellos reconocidos y con títulos apetecidos suelen costar una fortuna y, créanme, es increíble la cantidad de dinero que se puede meter ahí.  
Un simple ejercicio matemático puede hacernos ver lo que significa tener vinilos: si tomamos como promedio sólo 12.000.- CLP por álbum y considerando una colección de sólo 50 discos...se transforman en 600 mil pesitos chilenos. Suma considerable que alcanza para costear años de Spotify Premium, o hasta Tidal o Deezer en sus versiones HiFi, y en donde probablemente escucharemos esos 50 álbumes que deseemos. 
Y no olvidemos el equipo. Dando por sentado que nuestra entrada al vinilo implica que ya se tiene al menos un amplificador y parlantes/audífonos (o unos parlantes amplificados, al menos), se debe considerar la compra de una tornamesa y un pre de phono (a menos que la tornamesa sea de las preamplificadas). Más adelante entraremos en el equipo básico, pero la implementación del sistema no sólo exige los aparatos indicados, sino de otros imponderables: un limpiador de vinilos (habitualmente un cepillo), fundas exteriores para reemplazar el plástico que cubre la carátula, etc.

2.- A presupuestos acotados, es mejor el digital.
El título es una aseveración dura, pero estoy absolutamente convencido de ello. El vinilo en sí es un formato caro y para apreciarlo en su real magnitud se requiere una inversión importante. La tornamesa barata es una buena opción de entrada, permitirá escuchar los vinilos y gozar del formato en general, pero las opciones de calidad por menos precio en el mundo digital son amplias.
Cuando hablo de digital, me refiero específicamente del streaming. En la bullada batalla análogo vs digital, siempre fue entre el vinilo versus el digital de alta resolución (24 bits y 88.2 o más khz). La literatura da para todo, pero la síntesis es que por una suma mensual puedo gozar de estos contenidos en calidad CD en Tidal o Deezer, al menos. En Qobuz la apuesta sube ya que permite determinados álbumes en formato 24/96, así como Tidal también ofrece calidad master en no pocos casos (usando su famoso mqa, pero eso es harina de otro costal). Hay quienes postulan que la diferencia entre los 320kpbs de la música comprimida de Spotify es prácticamente inindistinguible de un CD.  Y todo esto, hablando de música "legal", considerando que hay alternativas que no lo son y que permiten descargas de ripeos de vinilos, copias de versiones de álbumes en SACD y formatos especiales en CD hechos en Japón y los mismos álbumes Mobile Fidelity en archivo, por ejemplo. En fin, considerando eso, es relativamente fácil y accesible montar un buen sistema digital, por cuanto se requerirá un dispositivo que obtenga la música y haga la conversión digital o analógica. Obviamente, amplificador y parlantes/audífonos son un gasto que se hará cualquiera sea el formato elegido. Siendo el coste de la música propiamente tal una circunstancia menor, es posible incorporar ese dinero en la adquisición de equipamiento.
Hablando en términos duros, un sistema realmente sencillo consistía en la adquisición de un Chromecast Audio (se llegó a vender a 15 mil pesos chilenos, casi el valor de UN vinilo) y un DAC y ya se soluciona el problema. Las Raspberry Pi son buena opción con distribuciones dedicadas y un buen DAC. En todos los casos, la inversión entre fuente y DAC será relativamente barata comparado con la sola compra de una tornamesa. De ahí se debe considerar que la tornamesa no se puede instalar en cualquier lado y que probablemente exija mobiliario adecuado...vamos sumando gastos.

Precios del Dark Side, reedición 2016 USA, a abril-2020, en la página discogs.


3.- El vinilo requiere dedicación.
Tal cual. El vinilo exige que el oyente se concentre, aunque sea levemente, en la música. Lo es no por un imperativo derivado del sistema propiamente dicho -aunque si-, sino por la sola estructura del formato: aunque hay muchas tornamesas con varios automatismos, el vinilo sigue siendo una experiencia totalmente análoga y que exige que el usuario interactúe con la máquina: montar el disco (no hay ninguna máquina que haga eso, al menos que yo conozca), ubicar la aguja (hay tornamesas que lo hacen solas), levantar la aguja al terminar la cara (ídem), dar vuelta el disco (no he visto un trasto que lo haga), repetir los pasos anteriores, guardar el vinilo en su funda interior al terminar la reproducción, éste a su vez en la carátula, la carátula en la funda exterior y vamos repitiendo el proceso al seleccionar otro. El vinilo no conoce de filas de reproducción, playlist o de modo radio. Incluso hacer saltos de pistas es un desafío al principio.
Y no sólo de eso, sino que hay más. El vinilo exige tener un espacio de conservación (dónde los dejamos), no son manipulables ligeramente (se debe manipular sólo desde el costado), exigen limpieza, quitar estática, etc. Del ochenta por ciento de vinilos nuevos que he adquirido, de esos cuyos sellos quitas, vienen sucios y, peor aún, cargados de estática. En los usados la cosa se mantiene.
En resumen, a los que nos gusta el formato es porque precisamente es de esta forma. Esta dedicación genera una cercanía con el disco y, de algún modo, torna nuestra audición más atenta. Dependiendo de la perspectiva que se lea, lo que digo acá es un plus o una severa desventaja. Por ejemplo, para quien provenga del mundo del CD, será un absoluto agrado; para quienes no son capaces de escuchar un disco completo en spotify, mejor que pase. 

II. VAMOS POR EL VINILO. GUÍA DE COMPRAS.
Después de comprender lo anterior, decidimos ir igualmente a por el vinilo y procede el momento de irse de shopping musical. Como dije anteriormente, no hablaré de productos en general porque tengo demasiado poca experiencia, por lo que a continuación ofreceré algunos lineamientos generales.

1.- Lo básico: tornamesa.
Bueno, ya todos saben lo que son y para que sirven. Es básico contar con una y creo que existen sitios en donde pueden explicar su funcionamiento y diferencias. Del mismo modo, existe muchísima información sobre marcas y modelos específicos. Me remito a ellos.
A modo de consejo, sugeriría lo siguiente:
- Definir presupuesto. Saber cuánto vamos a gastar presupone una declaración de intenciones importante. Pero hay que recordar que la tornamesa se inserta en un sistema en donde todos los componentes aportan lo suyo: hay que recordar que además de tornamesa hay que adquirir un preamplificador de phono y que ambos interactúan con un amplificador y parlantes/audífonos. En este sentido, el camino más sencillo sería el siguiente: tornamesa con pre de phono incluido y parlantes amplificados. Si hablamos de escucha con audífonos, sería tornamesa preamplificada, amplificador de audífonos y los auriculares. Sin embargo, lo normal y óptimo será Tornamesa -> Pre de Phono -> Amplificador -> Parlantes/Auriculares. 
La idea de tener los sistemas por separado es que permiten una mayor flexibilidad: al cambiar un componente se pueden mantener los demás: del mismo modo, permite ir mejorando determinados aspectos y no obliga a cambios completos. En contra, por lo general resultará más caro. 
Aunque no estoy en condiciones de decirle a nadie lo que debe comprar, sí tengo clarísimo lo que NO DEBE comprar y son los productos Crosley y similares. Las razones son varias y están especificadas en varios sitios, pero simplificando, su construcción es deficiente, la forma en que operan suelen provocar daños en los vinilos y, peor aún, no producirán sonido de calidad.
Del mismo modo, como dije más arriba, apreciar el formato en su plenitud exige equipamiento, por lo que, pese a que hay tornamesas de entrada con calidad bastante aceptable, el fuerte del vinilo se produce metiendo más plata al sistema. Nuevamente, la idea es que si vamos a entrar sea en serio, incluso si a mitad de camino nos damos cuenta que no queremos seguir con los vinilos: el mercado de segunda mano es mucho más amable con aquellos productos que tienen una calidad más contrastada.
- Mi recomendación última es leer mucho sobre estos aparatos. Cómo funcionan, conocer relativamente sus partes y, por sobre todo, entender si hay posibilidades de mejora con otras cápsulas y/o agujas. Existen variedad de videos explicativos y bien didácticos al respecto y sumirse en información, a mi entender, hará una mejor elección. No pongo links acá porque google creo que hace mejor el trabajo que yo.

2.- El Preamplificador de Phono.
Lo explicamos más arriba: la señal que sale desde la aguja es sumamente débil y además "incompleta", por decirlo de algún modo. El Pre de Phono tiene la misión de levantar esa señal y además de aplicar una ecualización especial de este formato, llamada RIIA. Contar con Pre de Phono es esencial para la reproducción del formato, por lo que, si nuestra tornamesa no lo incorpora, tendremos que hacernos de un Pre de Phono dedicado o esperar a que nuestro amplificador cuente con uno. 
Respecto a los Pre de Phono externos, hay de todos los modelos y colores. Tan influyente es, que la mayoría de los expertos indican que los cambios más importantes en la cadena de reproducción del vinilo provienen del cambio de cápsula y del pre de phono. En dicho sentido, adquirir uno externo permite ir mejorándolo en el futuro, sin necesidad de modificar toda la cadena. También hay que tener presente que nuestro de Pre debe ser compatible con nuestro cartridge (o cápsula o aguja, aunque no son lo mismo, pero para estos efectos se entiende), habiendo para cápsulas MM, MC o ambas. Les ruego revisen los links para que vean en qué consisten.
Creo que aquí será la única parte en donde puedo recomendar un producto en específico: el Rega Fono Mini A2D. Si hablamos de sonido de entrada en donde se pretende sacar el jugo con bajo costo, creo que este es el Pre de Phono con el que se puede comenzar. Hay muchas reseñas de él en internet y de varios más Pres de entrada, así que es cosa de buscar nada más.
Respecto a la posibilidad que nuestro amplificador cuente con entrada de Phono simplifica bastante el problema. Leyendo en el Foro Hifichile existe la opinión extendida que los amplificadores más antiguos contaban con buenos Pres de Phonos, por lo que es posible buscar esa vía. En esta materia tengo que comentar bastante poco, no tengo experiencia.

3.- El amplificador y los parlantes y audífonos.
Bueno, los necesitamos como sea que escuchemos música. La señal que sale del pre de phono es de línea, es decir, debe ser procesada por un amplificador para que salga por los parlantes al volumen que deseemos. Acá también tengo poco que aportar, sólo en la medida de dar las alternativas de bajo costo. 
En materia de amplificadores, las alternativas más baratas y de calidad provienen del lejano oriente: los amplificadores en clase D realizados con el chip TPA3116 son los más extendidos, habiendo multitud de modelos y probablemente con un rendimiento que no se consigue con nada a ese nivel de precios. En mi caso particular, el inicio lo hice con un TPA3250 con enormes resultados: sólo ahora creo que tengo algo mejor, habiendo gastado tres veces su valor. Obviamente, las mejores alternativas se mueven a otro rango de precios.
En cuanto a parlantes, prefiero no pronunciarme. Lo que sí puedo decir es que se trata del eslabón más importante de la experiencia auditiva y, por lo tanto, es al que más esfuerzo debemos procurarle (y dinero). 
Sobre este punto es bueno aconsejar que la idea es siempre probar y ojalá audicionar uno mismo, en el mismo espacio en el que escuchará. Es complicado y la verdad, un consejo que yo no he podido seguir, el lugar en que vivo no cuenta con mercado audiófilo establecido, por lo que las compras las hago a sordas y en base a comentarios y reseñas de otros. Lo que se busca en este caso es mantener un equilibrio entre todos los componentes de la cadena, por lo que es bueno ver cómo se comporta determinado equipo con los restantes que tengo o, en caso de no ser posible, buscar literatura al respecto. También debo destacar que este es el componente definitivamente más importante y reitero que debe ser a esto a lo que acometamos más importancia que cualquier cosa (en el caso en que este tema no esté resuelto antes de entrar al vinilo).

Whathifi recomienda estos aparejos para un sistema de calidad medio.


4.- Limpieza, Mobiliario y Otros.
Derechamente, estos apartados pasan a segundo plano siempre, en condiciones que son bien importantes. Recomiendo encarecidamente adquirir casi simultáneamente un mecanismo de limpieza de discos: la más extendida es la escobilla con cerdas suaves que quita el polvo superficial. Existe variedad de artículos en el mercado y al parecer más efectivas que la escobilla, pero no tengo experiencias con ellas. En cuanto a la mantención de los discos, haré unas recomendaciones más adelante.
El apartado mobiliario es importantísimo, el vinilo exige condiciones para su reproducción satisfactoria. La primera y más importante es que la tornamesa debe estar en un lugar firme y ojalá alejado de resonancias. Cabe precisar que como la reproducción se produce por el movimiento de la aguja sobre el surco, la generación de vibraciones puede provocar sonidos indeseados. En este sentido, los parlantes deben estar separados de la tornamesa y evitar que la vibración que realicen lleguen a ella: por eso se recomienda que parlantes y tornamesa no estén en el mismo mueble. En este sentido, en caso que la tornamesa y los parlantes deban estar en el mismo lado, ayuda bastante incorporar una base resonante (la mejor solución que encontré es adquirir a medida una base de mármol, quizás una de granito sea igual de satisfactoria y más barata) y que los parlantes tengan algún mecanismo de separación de la base del mueble (los pedestales y spikes son bien recomendados).
El "otros", tampoco deja de ser un tema: los cables. De nuevo, hay de todos los precios y colores (una de las cosas que más me llamó la atención fue encontrar cables más caros que todos los equipos que tengo), pero la recomendación acá es sencilla: fijarse en las conexiones entre los distintos componentes y, de necesitarlos, adquirirlos. Como hay de todos los precios, la idea es que se empiece con un presupuesto acotado y cotizando harto. Hay que pensar que un cable cortado o mal construido puede producir ruidos molestos (el clásico hum del ruido eléctrico). Lo mismo respecto de la conexión a la corriente eléctrica. Sin embargo, no todos los ruidos se deben a cables en mal estado: también pueden deberse a resonancias en la aguja (ocurre habitualmente cuando los parlantes se montan en el mismo mueble en que está la tornamesa).

Ya teniendo esto más o menos cubierto, creo que vienen las recomendaciones en la instalación del sistema.

III. YA TENGO VINILOS Y EQUIPO. 
Instalar adecuadamente una tornamesa no es complicado, pero evitar ruidos indeseados es cosa bastante compleja. El vinilo tiene un inconveniente bien importante y es el ruido indeseado: es fácil encontrar resonancias, ruido eléctrico (hum), acoples, etc. Además, vienen otros asociados a los propios vinilos: los usados contienen las conocidas papas fritas y otros, menos cuidados, pops y otros.
La mejor forma de ir reduciéndolos, es ir quemando etapas.

- Dimos algunos tips en la instalación. Mantener una distancia entre los parlantes y la tornamesa y evitar resonancias. Los cables idealmente deben ser de calidad (es decir, que estén funcionando correctamente) e idealmente ordenados. Las tomas a corriente y zapatillas deben ser igual de calidad y son motivos frecuentes de ruido eléctrico. Es sumamente importante que aquellas tornamesas que tengan salida a tierra sean conectadas a las tomas de tierra de su preamplificador o amplificador, en su caso.
En caso de notar ruidos, ir descartando paso a paso. Desenchufando, de a un componente, hasta detectar cuál es que genera el ruido. Inclusive estando todo debidamente conectado es posible que se genere ruido, ahí se debe revisar cables, siendo incluso recomendado ir cambiando en caso de notar ruido en alguno.

- Cuidados.
Las tornamesas son, por lo general, aparatos bastante bellos, así que mantenerlos así será algo que desearemos. En ese sentido, la aguja es el que merece más cuidado. Sin embargo, creo que son los discos los que deben preocuparnos a la hora de las labores de limpieza; en la medida que los discos estén limpios, mejor salud tendrá nuestra aguja y mejor sonido obtendremos. En ese sentido, mantener la tapa de las tornamesa abajo -si existen algunas manos incautas dando vueltas- es una buena práctica. Las agujas son objetos especialmente delicados, por lo que cualquier precaución es poca.
Los vinilos, en este caso, son los objetos más portadores de suciedad, así que acá deben dedicarse nuestros esfuerzos. Para mí, se tornó rutina eliminar el plástico que cubre los vinilos nuevos y reemplazarlos por fundas exteriores frescas. En el caso de las interiores, las reemplazo dependiendo de su calidad. En realidad, estos reemplazos los hago respecto de los discos que lo ameritan. En el caso de los discos usados, hay coleccionistas que los entregan en excelentes condiciones y otros no tanto, entonces hay que ver cada circunstancia.
Dije más arriba que vinilo nuevo es vinilo sucio. Agregaría, además, cargado de estática. La mezcla es malísima, por cuanto la estática atrae al polvo y suciedad, así que hay que mantenerla a raya. Es un error común creer que las escobillas que se venden específicamente para vinilos y denominadas "antiestáticas" eliminan efectivamente la estática: como mucho, lo que harán es no generar más estática al quitar suciedad superficial. También es un error creer que estas escobillas quitan toda la suciedad, por cuanto no penetran el surco, así que, rendundando, es superficial. En el mercado existen productos especiales dedicados a la limpieza de discos, no obstante, no los he usado por cuanto hago mi propia mezcla entre agua desmineralizada y alcohol isopropílico y luego a un pulverizador, usando en todos los casos paños de microfibra. Para la eliminación de estática, lo único que he probado y que es realmente efectivo, es la Milty Zerostat, una pistola que se dispara al vinilo y efectivamente la quita (cosa rara, pero realmente efectiva, no es muy barata pero en una colección considerable, es un gasto bien realizado).
Algunos consejos los he obtenido de este video y se los recomiendo.
Demás está decirlo, pero dedos en el vinilo no es muy aconsejable. Manipularlos con comida tampoco. La idea es preservar los discos en las mejores condiciones no sólo por su valor monetario, sino porque TODO influye en la reproducción.

- Comprando vinilos.
No le diré a nadie nunca lo que debe comprar en esta materia. Sí le diré lo que no debe hacer: comprar a tontas y a locas. En mi caso particular, encontré muchos discos de música clásica a precios muy bajos y algunos en buenas condiciones estéticas, todos de ediciones y prensados chilenos de los sesenta y setenta. La mayoría funciona, aunque el sonido de las papas fritas está muy presente, inclusive algunos clicks/pops. Sin embargo, la calidad del sonido es deficiente, sea porque se trata de ediciones baratas, grabaciones de bajo presupuesto y/o prensados descuidados.
Existe la tentación de creer que hemos encontrado discos por una ganga y la verdad es que hay que ser cautos. Desconfiar de los saldos, la mayoría son discos descartados por otros. Y prácticamente no hay receta para recuperar discos en mal estado, a lo más obtener mejores resultados con alguna máquina que los lave con ultrasonido. 
Es bueno aprender los estándares de graduación del estado de los discos que se venden usados en el comercio. La mayoría de estas calificaciones se hacen con una inspección visual, por lo que recomiendo sólo adquirir discos VG o VG+ hacia arriba. Menos de eso no vale la pena. Lo más seguro es que esa graduación se realizara en base a la reproducción del disco y no a su inspección visual -se debe tener presente que este sistema también permite la evaluación de las carátulas y fundas-. También es bueno revisar las ventas de aquellos que se dedican al mercado de segunda mano: hay algunos pillos que por vender califican como Mint un disco que está en malas condiciones.  
Lo otro que recomiendo encarecidamente es usar la página y la app discogs. Tiene diversas utilidades y las que más rescato son las siguientes: es la base de datos más completa sobre álbumes y sus ediciones; tiene una app con casi las mismas funciones; permite hacer búsquedas a través de los códigos de barra e información del matrix de cada disco; permite mantener organizada una colección; permite incorporar ediciones de discos que no se encuentran en la base; comprar y vender discos.

A modo de conclusión.
Creo que he dado razones suficientes para evitar a los incautos, pero creo que en el fondo le doy bastantes razones a mucha gente para entrar al mundo del vinilo. Enfrentar la cantidad de problemas que he dado arriba me ha hecho adquirir una valoración especial por el formato. Así, que muchas veces cuando cotizo un álbum determinado, lo busco primero en vinilo y luego en CD. En un post anterior sobre el CD, escribí de la necesidad que tengo de mantener un álbum en algún soporte material e indiqué que las razones son más bien de orden material que de calidad de sonido. Sin embargo, con los vinilos se puede obtener una calidad extraordinaria, pero en la medida en que se cumplan con varios requisitos: discos en buen estado, tornamesa de alguna calidad (con su aguja, por cierto), un pre de phono más que decente y amplificador y parlantes que le hagan justicia. Y ahí el disfrute está asegurado.

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