Ir al contenido principal

La Agfa Ambi Silette o la "Leica de los Pobres"

I. ANTECEDENTES GENERALES.


Para hacer fotografía análoga no se requiere tener una cámara antigua porque sí. La idea es que la cámara, en tanto máquina y en tanto herramienta, funcione adecuadamente y así lo hace cuando cumple bien su cometido. La amplísima profusión de tipos, formatos, marcas y modelos de cámaras desde la introducción de la fotografía al público –ni qué decir de ahora- ha provocado tanto a un aumento en el nivel de consumo de estas herramientas, pero que muchas de ellas son el producto de la época en que formaron y, muchas veces, no parece justificarse su uso actual habiendo herramientas que en cuanto a calidad, precio y prestaciones, pueden desempeñarse mejor.
A fines de la década del cuarenta del siglo pasado, en un mundo recién reconstruyéndose de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, también significaron novedades en el mundo fotográfico. Pese a que en materia fotográfica el predominio de la industria era alemán aún, ya se había modificado de algún modo la “manera” de tomar fotos. Obviamente Leica era la referencia, principalmente para quienes eran fotoreporteros o hacían foto de calles, desplazando a las cámaras más grandes por su versatilidad y rapidez y sin grandes pérdidas de calidad con la reconocida capacidad de sus sistemas ópticos. Los sistemas réflex eran conocidos, pero principalmente los binoculares (TLR) que gozaban de enorme reputación, mientras que las monoculares (SLR) que hoy son norma, aunque existentes, no alcanzaban a alzar el vuelo. En 1954 apareció la Leica M3, que en muchas formas significaba un salto de calidad respecto de las cámaras de la misma casa y que usaban la montura m39 (LTM o L39, como se prefiera) y que hasta hoy permanece, obviamente con ligeras variaciones. En 1959 aparecía en el mercado la Nikon F, la cual fue una de las causas del cambio de eje en el mundo fotográfico, en donde Alemania quedó relegada a un segundo plano ante el pujante Japón de la postguerra. Si las leicas fueron las cámaras oficiales de la Segunda Guerra Mundial, fueron las Nikon las que dominaron en Vietnam en la década del sesenta y setenta.
Con el protector del visor.
Sin embargo, el único problema de la Leica M3 era –y aún es- su precio. En 1954 su valor, en conjunto con el Elmar 50mm f/3,5 costaba U$348, lo que actualmente serían U$3.107(poco más de $2MM de pesos chilenos), precio al que naturalmente no muchos pueden acceder. En general, el valor de una Leica o Contax eran elevados y las alternativas para el consumidor medio y bajo se encontraban en las cámaras de bajo coste de Kodak, entre otras. Y como las leica eran –y son- la tendencia, era natural que otras marcas intentaran ofrecer alternativas de menor coste. Claro, estas cámaras pasaron a la posteridad como las “leica de los pobres”, acepción con dos aristas, la primera peyorativa que indica la falta de capacidad económica de hacerse de una –y por consecuencia, aceptar otra que “imita” o “quiere ser” una leica-; mientras que la otra es la designación de un sistema capaz de rivalizar a Leica a un menor precio.
Hay muchísimas cámaras que han querido tener el privilegio de considerarse como “Leica de los pobres”. Entre estas, de acuerdo a muchos comentaristas, destacan las Bessa de montura M de Leica (de propiedad de Voigtländer si la memoria no me falla); las Canon de montura de rosca m39 o la Canonet QL17 GIII; la Minolta Himatic 7SII; la Konica Auto S2 y S3; las FED y/o Zorki rusas; las Kodak Retina de lentes intercambiables; la Agfa Ambi Silette; entre varias otras. En principio, quisiera descartar de la competencia las cámaras de objetivo fijo –con ello no quiero poner un ápice de duda respecto a su calidad -, por la sencilla razón que no conforman un sistema con lentes intercambiables, tal como fueron concebidas todas las leicas. En dicho caso, para mí, sólo quedarían las Bessa, las copias rusas de las Leica de montura de rosca, la Kodak Retina y la Agfa. Acá solamente tendré la posibilidad de hablar de una sola de estas cámaras y es la Agfa Ambi Silette.
A la vista el dial de selección de frames
Agfa fue una marca alemana reconocida por la producción de insumos fotográficos tales como película, papeles y químicos, ya desaparecida y una de las damnificadas con la llegada del digital. De sus productos ya queda poco y éstos aún se encuentran en el mercado bajo otras marcas debido a la venta de sus licencias. Sin perjuicio de ello, a lo largo de la historia produjo varias cámaras y también de lentes, algunos de ellos de reconocida calidad, como las Isolette de formato medio respecto de un caso, y lentes como el Solagon 50mm f/2, por mostrar sólo un par de ejemplos. La Ambi Silette pertenece a una familia de cámaras producidas por Agfa llamadas simplemente Silette y que se extendió desde 1953 hasta 1974. Las Silette, sin embargo, se caracterizan por ser de lente fijo y de visor simple, mientras que otra línea, llamada Super Silette, correspondían a cámaras con telémetro incluido. Estás cámaras provienen de una tendencia propia de la década del cincuenta y que tiende a la “miniaturización” de las cámaras, eliminando el fuelle propio de las cámaras de la década anterior y dejándolas con el lente fijo adosado al cuerpo. No obstante, la Ambi Silette se trata, desde mi punto de vista, de un modelo que comparte poco más que el nombre con estas cámaras.

II. LA CÁMARA.
La Agfa Ambi Silette se produjo en Munich, Alemania Federal, en 1957 y fue descontinuada en 1961. En Estados Unidos ingresó en 1959. Es una cámara con telémetro acoplado al visor, que contiene líneas brillantes para demarcar los fotogramas correspondientes a focales de 35, 50 y 90mm, con corrección del paralaje incluído. El obturador es central y de laminillas, que permite seleccionar velocidades desde 1 hasta 1/500 segundo, más el modo “B” incluido y que sincroniza en todas las velocidades con un flash electrónico. El dial de selección de velocidades se encuentra alrededor de la montura de la cámara (del mismo modo en que lo están en las cámaras Olympus OM), cuestión  que en lo personal me agrada al permitir que los mandos de diafragma y velocidad se encuentren casi juntos. Cuenta también con la posibilidad de disparo retardado mediante una palanca que además permite seleccionar el modo de sincronización con el flash (modo “V”), pero que prácticamente no lo he utilizado. Respecto al dial contador de exposiciones, este funciona manualmente y en cada nuevo rollo debe ponerse en su posición inicial. La palanca de avance de la película es “la” falla que tiene la cámara y de la que todo el mundo se hace cargo en las revisiones que existen por internet: aunque es delgada, se debe hacer de tal modo que involucra dos dedos en la operación, lo que en otras cámaras se resuelve sólo usando el pulgar –veremos después que en un rediseño la palanca fue modificada-, lo que lo hace engorroso. 
La palanquita que mantiene la estabilidad de la cámara
En cuanto a peculiariadades, cuenta con dos: un protector del visor y telémetro y una pequeña palanquita en la base que permite la estabilidad de la cámara sobre una superficie plana. Respecto al protector, se trata de una pequeña ventana que cubre el visor y el telémetro y en el cual aparece el nombre de la cámara. Se requiere un ligero movimiento hacia la izquierda para que esta ventana bascule hacia arriba y permita la composición de la imagen a través del visor y el enfoque telemétrico. Esta pequeña ventanita no se encuentra en otras cámaras y no se entiende mucho la utilidad que prestan: inclusive en otros sitios en donde hablan de ella indican que la han quitado por lo molesto que resulta levantarla cada vez que se quiere tomar una fotografía y notar que el visor está oscuro por su causa. En lo personal comparto la crítica, pero la matizo. El manual de la cámara indica que su finalidad es de protección, sin dar más detalles, pero creo que su utilidad pasa más allá de evitar un rayón en esa área: es natural que con el tiempo el contraste del espejo del telémetro se vaya deteriorando y eso provoque dificultades en el enfoque (se trata éste de un problema común en algunas cámaras telemétricas, incluso muchas leicas lo sufren), por lo que la ayuda de esta ventanita no viene mal a largo plazo. En cuanto a la segunda peculiaridad, esta es menor y se trata de un pequeño detalle: en su base, un poco más debajo de la pestaña que permite el cambio de los lentes en la cámara, se encuentra una pequeña palanquita cuya utilidad es estabilizar la cámara, particularmente si se pretende usar un lente largo. 

III. LOS LENTES
Como se comentó más arriba, la Ambi Silette cuenta con una montura de bayoneta propietaria. Esta es destacada en varios sitios debido a que es relativamente fácil cambiar de lente sin mucho esfuerzo –cualquiera que haya usado un sistema de rosca comprende lo intrincado que puede resultar cambiar un lente-, permitiendo que se haga de dos modos: uno simple y otro más rápido (el segundo es que uso, uniendo los puntos rojos de la cámara y el lente respectivo y luego girando levemente contra las agujas del reloj hasta sentir un click). Agfa proveyó junto a la cámara tres lentes de distinto rango focal (habría un cuarto que me atrevo a descartar a priori): Color-Solinar 50mm f/2.8; Color-Ambion 35mm f/4; y Color-Telinear 90mm f/4. Todos cuentan con un diámetro de filtros de 37mm y están construidos en metal, a la antigua usanza y con escalas para la determinación de la profundidad de campo. La anteposición de Color en todos ellos no es baladí: en la época en que la película a color no era aún tan extendida como lo fue posteriormente, se quería señalar que estos lentes estaban corregidos para trabajar con ellos adecuadamente en color.
Lamentablemente, poco sabemos de la estructura óptica de los lentes más que sus elementos, salvo el Solinar que sería de tipo Tessar (este último, de conocida fórmula de cuatro elementos en tres grupos). Es sólo a través de las pruebas de rendimiento en donde se puede ver el potencial de los mismos, considerando principalmente de la época en que vienen (recordemos que sólo durante la Segunda Guerra se reconoció el recubrimiento de las lentes como forma de mejorar la nitidez). De lo que sabemos son los precios en que se vendían estos productos en 1960 y en EEUU: la cámara con el Solinar como lente kit se vendía en U$129 (US$1.046 aprox de hoy); el Color-Ambion en US$68 (actuales US$551) y el Color-Telinear en US$79 (actuales U$641)…sumas nada despreciables considerando que es una Leica para "pobres". Cada lente se vendía en una caja y una especie de estuche de plástico rígido que cubre el lente en su totalidad. En la base de cada lente viene un pequeño espacio en el que se puede vertir gel silica para evitar la humedad y los consecuentes hongos.
El Color-Ambion, es un lente de cuatro elementos, permite cerrar el diafragma hasta el f/22 y es muy compacto. El dial para seleccionar el diafragma es bastante delgado, pero los diseñadores le añadieron dos pequeños agujeros o espacios en los que se pueden posar los dedos y hacer la tarea más sencilla. El enfoque mínimo es de 1 metro (cuestión que comparten, junto el diafragma más cerrado, con el Color-Solinar). El Color-Telinear cuenta con seis elementos, permite cerrar hasta f/32, tiene el enfoque mínimo en 1,8 metros. 
Anteriormente me referí a que habría un cuarto lente para el sistema, el Color-Telinear 130mm f/4, enfoque mínimo de 3 metros y rosca de 62mm para filtros. Aunque se encuentra referenciado en diversos sitios y es considerado parte del sistema –se dice que se comercializaba con un visor propio para su uso- yo en lo personal lo he descartado debido a que siquiera hace referencia de él el manual de instrucciones de la cámara. Sin perjuicio de ello, es probable que el desarrollo de esta focal hubiere sido posterior y que haya sido una introducción del rediseño de la cámara, como se verá más adelante.


IV. MODELOS Y ACCESORIOS
En la red se hace referencia a dos “modelos” de la AmbiSilette y a mi parecer esa expresión induce a un error, debido a que daría a entender que existen dos cámaras con diferencias entre ellas. En lo personal prefiero hablar de un rediseño - o más propiamente de 'mejoras' -, debido a que las reformas a la cámara son meramente cosméticas y en general, salvo la modificación del orden de los frames, accesorias.
Mi ejemplar corresponde al primer modelo. En ella el orden del selector de frames es de 35, 50 y 90, en donde siempre está visible el 35; en el cuerpo no existe opción de acoplar alguna correa para el cuello (sólo se vale del estuche). El segundo modelo modifica completamente la ventana del visor y telémetro ya que invierte el orden de estos frames a 50-35-90 (desconozco si el 50 es el que está por defecto en todos); modifica el diseño de la palanca de avance, añade un pequeño aro para acoplar una correa, modifica el selector de recordatorio del ISO de la película (fondo negro, letras blancas) y los colores del contador de exposiciones.
Como se ve, en las especificaciones que importan, no se introduce ninguna variante adicional. En este link pueden ver las diferencias entre los “modelos”.
Lamentablemente no he encontrado más información relevante de la fecha en que se produjo este rediseño ni tampoco la fecha de fabricación de la cámara y los lentes conforme a su número de serie.
En cuanto a los accesorios, la Ambi Silette se podía encontrar con:
- Estuche tipo ever-ready“normal”, impide cerrar con el Telinear montado  (Order N° 6017)
- Estuche tipo ever-ready“grande”, cierra con el Telinear y fotómetro (Order N° 6018)
- Fotómetro –de selenio- Agfa Lucimeter M o S
- Filtros de distintos colores para fotografía en blanco y negro y parasoles para el diámetro del filtro de los lentes:
  •   Amarillo N° 1 (9130) y N° 2 (9131)
  •   Amarillo-Verde (9230)
  •   Naranjo-Rojo (9320)
  •   Ultravioleta (9060)
  •  Parasol (6309). El parasol sería compatible para los tres lentes.
- Correctores de dioptrías para personas con problemas de visión (de -1,5 a -4 dioptrías, de 0,5 cada una, Order N° 9580)
- Fundas de cuero para cámara y 
- Lentillas de acercamiento Agfa Proximeter I (rango de enfoque 100-50cm) y II (50-33cm), ambos usando el Solinar (aunque también puede usarse en el Telinear). Utilizados en conjunto permiten un rango entre 33 y 25cm.  

V. OPINIONES.
Obtuve esta cámara con el Color-Solinar y su estuche original de cuero a través de Ebay, a un precio que, por supuesto, no tiene ni el destello de esas sumas que vimos anteriormente. Con ella venía un flash de tipo parabólico –que dudo que funcione y si lo hace no hay modo que lo pruebe debido a la imposibilidad que tengo de comprar los repuestos de la ampolletita que emitía el destello-, un fotómetro de selenio con zapata para flash que ya no respondía a la luz, un intensificador del mismo para usarlo en condiciones de baja luminosidad y un trípode antiguo de metal –que es el que uso actualmente-. Los lentes los fui adquiriendo por separado posteriormente. El Color-Ambion lo encontré acá en Chile a un precio muy conveniente, con su caja original y estuche; misma suerte tuve con el Color-Telinear, esta vez en ebay. Ambos por fortuna se encuentran en excelentes condiciones, cuesta creer que tengan casi sesenta años de producción y funcionen adecuadamente.
Tengo esta cámara hace un tiempo y también debo confesar que, cuando supe de ella, pensé en adquirirla. Sin embargo, no fue sino para hacer esta reseña cuando la usé más intensamente y la verdad es que me convenció definitivamente de que se trata de una gran cámara, de las mejores telemétricas que he tenido la suerte de usar. Lo anterior no lo digo por cualquier motivo: fui hasta hace poco tiempo poseedor de una Leica M4 y poseo otras cámaras telemétricas en las cuales avalo mi opinión (Fed 5b, Zorki 4, Kiev 4 y varias de focal fija). Aunque las diferencias se notan, la verdad es entre la Leica M4 no es tan abismal como para despreciar la Agfa por completo. La cámara es sumamente fácil de usar, los diales importantes se encuentran casi todos juntos y una vez que uno se habitúa a disparar con ella es realmente agradable hacerlo. Su obturador es muy silencioso (sí, más que el de la Leica, aunque para ser justos este último es una maravilla de silenciosidad considerando que es planofocal) y la bayoneta también deja muy buenas impresiones cuando uno quiere cambiar el lente. El tamaño del telémetro es el adecuado para disparar con comodidad (aquí Leica marca diferencias importantes), las líneas del visor son bien brillantes y permiten determinar con claridad los límites del encuadre (aunque sigue siendo superior el de la Leica M4). Empero, la diferencia más sustancial que encontré son dos: la primera es que la Leica M4 permitía disparar entre las velocidades intermedias desde 1/80 segundo en adelante (por ejemplo 1/98seg o 1/304seg) y que al montar una focal el visor inmediatamente cambia las líneas del frame correspondientes (ahora, eso gran cosa no es, en la Ambi Silette basta mover simplemente un dial). Obviamente donde la diferencia es enorme es en la calidad óptica de los lentes Leica. En lo que es superior la Agfa es por la posibilidad de sincronización del flash a cualquier velocidad. 
Sin perjuicio de ello, la cámara se encuentra bastantes peldaños arriba de las copias rusas de las leica de rosca como las FED y Zorki (no tienen líneas para delimitar el encuadre a los 50mm, menos corrección de paralaje, para cambiar una velocidad se debe levantar el dial, el avance de la película es lento debido a que algunas siquiera cuentan con palanca, etc.) y también le saca ventaja a las Kodak Retina (aunque es de lentes intercambiables, en realidad lo que se montan son algunos elementos, el trasero es común para todos; no cuenta con líneas de demarcación para el frame de otras focales, el enfoque con otros lentes es engorrosísimo, etc.). 
En cuanto a la calidad óptica de los lentes, esta es buena. El Solinar principalmente ofreció grandes resultados. El Ambion igualmente es contrastado, aunque no soporta bien los contraluz. El rendimiento del Telinear es bastante bueno, con el mismo bache de los flare. Todos se comportan adecuadamente usándolos en aperturas intermedias como 5,6 u 8 y creo que su rendimiento aumentaría usando un parasol. Lo único “malo” que podríamos achacarles es su luminosidad, ya que son lentes lentos.
Por último, -y no había omitido esto adrede- la cámara no cuenta con fotómetro incorporado. Claro, esto se ve como una desventaja, pero tenemos que ser conscientes que muy pocas cámaras de la época incorporaban fotómetro, y los que las tenían usaban de selenio, el cual tiende a desgastarse con el tiempo. Y quisiera decir, con alguna sorna, que la Leica M3 y M4 tampoco tienen uno, ni la Kodak Retina tiene, ni las FED o Zorki –o si tienen es de selenio y casi con seguridad no funciona o lo hace defectuosamente-. Por ende, para medir la luz deberemos recurrir a algún fotómetro de mano, al de otra cámara, a una aplicación del celular que haga las veces de fotómetro o  a la famosa regla del sunny16.
La referencia a la ausencia de fotómetro quisiera vincularla a lo que decía en el primer párrafo sobre las cámaras antiguas. Es cierto que esta cámara es anacrónica y existen otras con mayores y mejores prestaciones, a un menor precio, y parece lógico decantarse por una de ellas si lo que se quiere es hacer fotos y no una mera adquisición por coleccionismo (o hipsterismo). Ante el reclamo de que existen cámaras mejores dentro de la misma gama, no puedo sino estar de acuerdo. Lo mismo si a la palestra surgen las réflex posteriores –aunque acá la comparación es odiosa y tiene que ver con la idea misma de telémetro vs espejo-. Sin embargo, afirmé que la Ambi Silette es una gran cámara porque de verdad es, de las que conozco, la que más se acerca al sistema de las Leica M. 
Acá también he dejado fuera de las comparaciones a la Contax telemétrica, debido a que nunca he usado alguna. Sólo me he acercado a ella a través de la copia que hicieron los rusos con la Kiev, de la que rescato su sistema de bayoneta (que es mucho mejor que el de rosca de las FED y Zorki, aunque no mejor que el de la Agfa) y su obturador que es de metal (las Leica de rosca usaban de tela, igual que la M3 y M4 y las copias rusas). Obviamente el interés de estas copias rusas radica en la calidad de sus lentes, las que fueron producidas conforme a los estándares de la industria alemana que adquirieron como botín de guerra y que, dependiendo del ejemplar que se trate y de sus condiciones de conservación, suelen ser bastante buenos.

De ahí que se tiene un parámetro objetivo para medir la calidad de una cámara, comparándolo con otro similar.

Las fotos de pr
ueba que están más abajo fueron tomadas bajo las siguientes especificaciones:

Primer Grupo
Agfa Color-Solinar 1:2/50
Película: Kentmere 400
EI: 400
Medición con Soligor Spot Sensor
Reveladas: 03 julio 2016
Revelador: TetenalUltrafinLiquid 1+20 19'; Paro 1'; Fijador 5'; aclarado 30"; HCA 2'; Lavado 5'; estabilizador 1'

Segundo Grupo
Agfa Color-Ambion 35mm f/4
Película: Kodak Vision3 250D
EI: 250
Medición con Sekonic Auto-Leader Model L-188
Reveladas: 05 julio 2016
Revelador: Revelador RA4

Tercer Grupo
Agfa Color-Telinear 90mm f/4
Película: Kentmere 400
EI: 400
Medición con Sekonic Auto-Leader Model L-188
Reveladas: 07 julio 2016
Revelador: D-76H stock 9,5'; paro 1'; fijado 5'; aclarado 30"; HCA 1,5'; lavado 5'; photoflo 1'.  

Las fotos del segundo grupo, a color, tomadas con el Ambion, la verdad es que no benefician mucho al lente. El revelado es casero y cruzado. La película es de cine Kodak Vision3, que no se procesa igualmente que la C-41 y experimentalmente se ha usado químico propio del revelado de papel RA4. Por ello los colores salen atrofiados y un exceso de revelado da la apariencia que tienen. Se trata de un experimento fallido, en otras fotos anteriores pude probar el Color-Ambion con amplitud y resultados mucho mejores que los que ahora expongo.


Primer Grupo: Solinar

Primer Grupo: Solinar

Primer Grupo: Solinar

Primer Grupo: Solinar

Primer Grupo: Solinar
Segundo Grupo: Ambion

Segundo Grupo: Ambion

Segundo Grupo: Ambion

Segundo Grupo: Ambion

Segundo Grupo: Ambion

Tercer Grupo: Telinear

Tercer Grupo: Telinear

Tercer Grupo: Telinear

Tercer Grupo: Telinear


Comentarios

Unknown dijo…
Estimado, me gustaría saber si los lentes agfa color telinear 50mm 2.8 por ejemplo es compatible con leica? Desde ya muchas gracias peyohagen@gmail.com

Entradas más populares de este blog

Cuando el CD pasó a ser coleccionable (o de cuando notas que estás más viejo)

Fue una oleada de unos pocos días...y ya estaba lanzado. Visitando una feria "retro" en mi ciudad -Talca- descubrí que un señor vendía varios discos con este formato, muchos de ellos de mi entero gusto: Awake de Dream Theater, Nursery Crime de Genesis y Mirage de Camel, todos a un precio bien conveniente, considerando el estado en que se encontraban. Hace varios post atrás indicaba sobre la preferencia que tengo sobre el formato digital en términos musicales, lo que me ha hecho un usuario de reproductores portátiles. Sin embargo, por temas económicos, no me había hecho de un sistema más o menos decente para reproducir música en parlantes, así que la simple compra de estos CDs generó más gastos: reproductor y complementos y, obviamente, más CDs. También dije hace unos post atrás: vengo del mundo del CD, era el formato rey en el momento en que comencé a escuchar música de forma más consciente. Tuve CD-Walkman (acá les decíamos "discman") y también un estuche en q

Entrando al vinilo. Recomendaciones para incautos

El fiasco de mi primera tornamesa, comprada sin saber nada de nada: barata, vintage ,hermosa y... defectuosa.  Al grano. Hace aproximadamente un año que ingr esé  al mundo del vinilo. Siempre se ha considerado la panacea en términos de goce musical ( quizás sólo su perad o por la cinta reel to reel) y he cometido suficientes errores en el camino como para prevenir a varios incautos. Se trata de un mundo maravilloso y un disfrute de otro orden, no precisamente porque se escuche mejor -la verdad, me importa bien poco lo de la g uerra de los formatos y creo que esta discusión está ampliamente superada-, sino porque su experiencia de escucha deja muchas satisfacciones. Pese a todo, hay ciertas cuestiones en las que es preciso detenerse antes de entrar decididamente en el formato.  Las prevenciones típicas: en este post no haré recomendaciones de tornamesas, ni cuál es mejor que la otra, ni de equipos en general. Desde ya prevengo que esas decisiones se encuentran suficientemente cubiertas

El cine infantil y las drogas

Volviendo luego de un larguísimo tiempo sin actividad, me animé a escribir esta entrada debido a que, por razones de paternidad, me veo en la obligación de ver mucho cine infantil, principalmente películas de animación Disney, Pixar, DreamWorks, etc., y noté una, no sé, tendencia, de ver mucha relación con las drogas en general. Quise recopilar, de memoria, aquellas películas que hubiera visto y que se me quedaron grabadas. La verdad es que dudo que esta irrupción drogadicta en las películas sea mera coincidencia y aunque no quiero interpretar, ni menos forzar una conclusión, sólo quería evidenciar el hecho. Tampoco pretendo darle dramatismo al hecho. Las escenas no es que promuevan el consumo ni mucho menos (en algunas ocasiones resulta problemático) y las mismas están pensadas en términos cómicos. Cuando las he visto se me ha hecho gracia y nunca he pensado en teorías conspirativas ni cuestiones por el estilo. Empecemos con el listado y qué mejor que comenzar por la que, creo,