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Antes de que se asuste el lector de estas líneas, saltaremos la larga tragicomedia de sucesos al estilo telenovela mexicana que ocurrió en el fútbol chileno, específicamente en la ANFP. Para ello, y siempre en aras de no hacer repeticiones inútiles, daremos por sentados determinados hechos que, creo, deben servir de base para considerar varias aristas: · El fútbol profesional chileno está controlado por un Directorio que es, a su vez, escogido por los clubes de primera y segunda división. Estos clubes obedecen a estructuras similares, al estilo empresarial, en su mayoría sociedades anónimas deport ivas. · La selección nacional de fútbol estaba dirigida por un téc nico de notables cualidades, especialmente la disciplina, el rigor táctico el trabajo constante. Es considerado uno de los cinco mejores directores técnicos del planeta. Sus resultados al mando de la selección fueron satisfactorios (tampoco algo para irse de espaldas), pero el implante que impri

Es fácil indignarme, por lo que cual decir que me siento de esa forma no les sorprenderá. Suelo hacer pesados comentarios por cuestiones nimias que siquiera valen la pena; sin embargo, héme aquí, garabateando nuevamente. Y la verdad sea dicha, debo decir que más que indignado, me siento estafado. No me hice expectativas para ver una obra maestra del séptimo arte, para ser espectador de un filme acreedor de premios en los festivales de cine o la expectativa de presenciar una cinta de un aclamado director de cine. Sólo esperaba ver una película decente . De esas que en Chile cuesta hacer. Nuestro país, por desgracia, hace malas películas. Si hacer el ejercicio de recordar las que se pueden ver puede resultar en extremo esmeroso, lo es más si tratamos de rescatar las "buenas". De la forma que sea creo que sobrarían dedos de la mano para enumerarlas. PostMortem naturalmente no es una de las primeras (de las segundas mejor ni hablar): es más, me ha producido un tedio