Ir al contenido principal

Consideraciones sobre Formato Medio II. La Minolta Autocord

En la entrada anterior me extendí un poco hablando sobre el denominado "Formato Medio" en fotografía, sobre sus ventajas y particularidades. Hoy es hora ya de entrar de lleno
Mi ejemplar. Foto del año 2013
revisando una cámara que, aunque no es propiamente una clásica, sí es un modelo de referencia y uno de los tipos que, sin duda, es de los más demostrativos del formato medio: hablo de la Minolta Autocord y el sistema "twins lens reflex". Ya hablaremos de esto más adelante.

1.- La marca Minolta.

Hablar de Minolta no es hablar de cualquier marca. Una de las casas tradicionales en la fotografía de antaño, productora de artículos fotográficos, principalmente cámaras de distintos formatos, objetivos y también película. La literatura abundante en internet sobre Minolta es clara en señalar diversos hitos a la hora de entender cómo fue que se hizo un mercado y, también, cómo devino su caída. De todos modos, pese a que como marca no hubiera prosperado del modo que ocurrió con Nikon, Canon u Olympus, en la actualidad debemos pensar que, con un montón de matices, aún se trata de una marca vigente ya que fue adquirida por Sony, la que además mantuvo su última montura (denominada AF y luego alpha).
Sin embargo, respecto de la cámara que hablaremos, Minolta era una de las varias empresas surgidas en Japón enfocadas en la producción de material fotográfico y que, principalmente, tomaba como referencias las cámaras en boga de su época, casi unilateralmente provenientes de Alemania. Si hay una cámara que dio mucho que hablar y que, prácticamente se transformó en la herramienta de muchos, fue la famosa Rolleiflex, aún muy valorada respecto de quienes nos mantenemos en la nostalgia de la película fotográfica.
El antecedente de la Autocord, es la Minoltaflex, la que se remonta a fines de la década del treinta del siglo pasado, pero esta principalmente utilizando como referencia el modelo "de entrada" de Rollei, como es la Rolleicord.
La Autocord se produjo con muchas variaciones entre los años 1955 a 1966 y junto con ella añadió una serie de accesorios tales como parasol, filtros, flashes, lentillas de acercamiento, un mecanismo de corrección del paralaje (llamado Paradjusteur), entre otros. La mejor página que he encontrado sobre los detalles de esta cámara se encuentran en el sitio creado por el usuario FredMad, donde aparecen los números de serie asociados a los años de producción, variaciones de modelos, fotografías y detalles de los accesorios y demás asuntos de interés, al cual me remito. Por esta razón he centrado esta entrada en aspectos más prácticos, si se quiere.

2.- La cámara.

Las ventanitas de velocidad y apertura
Las cámaras TLR (o binoculares, indistintamente) gozan de una particularidad bien especial: es difícil encontrar alguna que sea fea. La Rolleiflex es maravillosa y lo mismo puede decirse de otras. Las más toscas quizás sean determinados modelos de Mamiya, pero se trata de cámaras con carácter y que no pasan desapercibidas.
Lamentablemente, mi experiencia con cámaras de lentes binoculares se reduce sólo a la Autocord y a un breve período con la Mamiya C33, por lo que sólo puedo hacer la comparación entre ambas. Advierto eso sí que le paralelo es un poco injusto, ya que si bien ambas comparten el hecho de ser réflex binoculares, pienso que están pensadas para usos distintos: la Autocord más versátil y callejera, la Mamiya C33 más de estudio y para fotografía macro. Estas pequeñas diferencias no son tales si se miran con cuidado: la C33 es mucho más voluminosa y pesada, cuenta con objetivos intercambiables y tiene la posibilidad de hacer encuadres cercanos (macro). La Autocord es de focal fija y, por lo pronto, sólo enfoca como mínimo a un metro, es muchísimo más liviana y pequeña. Las diferencias son más amplias, pero con eso basta para nuestros objetivos.
A propósito de estas comparaciones, pude comprobar porqué la Autorcord es una gran cámara. Aunque las TLR no son precisamente cámaras discretas ni "espías", para quienes tomamos fotografías sin un fin definido o un objeto cierto y que portamos la cámara buscando fotos, es prioritario que la cámara permita su transporte y, precisamente ahí es donde la Autocord gana puntos, siendo mucho más portátil por peso y tamaño que la C33 -aunque siempre teniendo en cuenta que esta portabilidad es siempre considerando que se trata de una cámara de formato medio y, en ese aspecto, las más portátiles probablemente sean las "de fuelle".
Existen varios "modelos" de Minolta Autocord, pero más que eso, se trata de mejoras introducidas mientras estuvo en producción. La mía en particular, que de acuerdo al sitio de FredMad se habría producido en el periodo 1961-1964 (sería la versión RG v.2, aunque la descripción del lente no coincide), cuenta con un obturador Optiper-MVL que permite velocidades que van desde 1 a 1/500 segundos con sincronización flash (en todas las velocidades al ser central) y mecanismo de disparo retardado. Tanto el control de la velocidad como de la apertura se e ncuentran a los costados del lente: si observarámos la cámara desde arriba y en posición de uso, la apertura estaría a la izquierda y las velocidades a la derecha. En esta misma posición y siempre mirando desde arriba, podemos ver en dos pequeñas ventanitas sobre el mecanismo que produce el enfoque, los que marcan el valor seleccionado de diafragma y velocidad. Los números que se encuentran en la parte frontal de la cámara y a un costado del lente (que van del 3 al 18) son los denominados EV (Exposure value, en inglés, traducción literal de "valores de exposición") y que pueden ser útiles para determinar fácilmente la combinación diafragma/velocidad a utilizar en una toma determinada, particularmente en aquellos fotómetros que suelen entregar este número: de esta forma, contando con un EV determinado, podemos saber todos los seteos posibles sin hacer engorrosos cálculos. Se trata de un detalle menor, pero que a más de alguien puede resultar útil.
En este caso, se trata de una cámara que es capaz de obtener 12 fotogramas de 6x6cm, perfectamente cuadrado (1:1), por lo que su visor es cuadrado y cuenta con un mecanismo de cierre. Al abrirlo, se puede apreciar la imagen obtenida por el lente superior (recordemos que esta cámara cuenta con dos lentes, el primero para encuadre y enfoque; el segundo es el que obtiene la foto), la que se encuentra invertida horizontalmente. Esto producirá confusión en los primeros usos, pero posteriormente naturalizaremos el movimiento y no será un problema más adelante. La pantalla del visor cuenta con líneas que suelen ser útiles como guías para componer la imagen. También cuenta con una especie de lupa retráctil que, al activarla mediante un pestañita que se encuentra en el visor, permite hacer enfoques más precisos. Es muy útil en retratos o en el que se requiera la mayor perfección en el enfoque. Sin embargo, en su uso en exteriores y utilizando aperturas cerradas (f/8 o más incluso), podría uno fiarse del enfoque a ojo, ya que las pequeñas diferencias que puedan producirse serán compensadas por la profundidad de campo.
El visor con la lupa retráctil
El enfoque se realiza mediante una pequeña palanca que se encuentra en la parte inferior de la cámara. Es un control difícil de ver desde arriba (en posición de fotografiar), pero una vez acostumbrado a los controles, no costará mucho llegar a él y menos utilizarlo. Este mecanismo de palanca mueve ambos lentes, por lo que el enfoque que se ve en el visor debería ser igual al que se obtendrá en la fotografía por el lente inferior. En este caso, debe distinguirse: mientras el enfoque será el correcto y teóricamente igual en ambos lentes, no será igual el encuadre de la foto producto de la separación de los dos lentes: acá hay un error de paralaje -conocido también en las cámaras telemétricas- que debe ser compensado. Aunque los efectos no son dramáticos en uno y otro caso, sí se debe tener este punto en cuenta cuando se trate de fotografías de objetos cercanos y retratos, en donde el paralaje es más acusado. Sin embargo, el problema es menor en lo que llamaríamos los "planos generales": mientras más lejos se encuentre el sujeto a fotografiar, menor será la influencia de este error (paisajes principalmente). Sobre esta palanca de enfoque, se ha prevenido en prácticamente todos lados sobre su fragilidad: se recomienda un uso cuidadoso por el riesgo de quebrarla producto de su construcción. En mi caso particular, por estas mismas recomendaciones, he dado un uso cuidadoso al dial de enfoque, pero no he notado esta fragilidad tan acusada: un uso correcto del mismo y el enfoque como debe hacerse en todas las cámaras (no abrupto), no debería generar consecuencias mayores.
Al costado derecho de la cámara se encuentra la palanca de avance de la película. Su uso es muy sencillo: al avanzar la película el mecanismo cargará el obturador y también moverá el contador de exposiciones (que se encuentra en el mismo costado) al número que corresponda. La palanca en su avance tiene un tope, por lo que es preciso mover dicha palanca a hasta dicho límite y sin forzarla ni haciendo movimientos bruscos, tal cual se recomienda en prácticamente todas las cámaras análogas que cuentan con palanca de avance. 

3.- El lente (o los).

Vista lateral izquierda
Como hablamos de una cámara que cuenta con dos objetivos, nos referiremos a ambos. El primero, encargado de producir la imagen y el enfoque en el visor, no reviste mayor ciencia, al permitir solamente el encuadre (la imagen pasa por el lente y luego al espejo, para luego reproducirla en el visor), por lo que su importancia queda más reducida al lado de su gemela. Sin embargo, hay buenas razones para no despreciar tanto este pequeño lente: como sirve para encuadrar y enfocar, la idea es se comporte también como su gemelo importante, esto es, que al menos tenga la misma reproducción del color y contraste y que sea algo resistente al flare. Mi Autocord cuenta con un View-Rokkor 1:3.2 75mm y aparentemente todos los modelos de la marca cuentan con el mismo, el cual habría sido diseñado específicamente para este fin.  
En cuanto al lente importante (el que derechamente produce la foto en la película, de más abajo), este es un Chiyoko Rokkor 75mm con una apertura de f/3.5, de formulación clásica tipo Tessar (no sé cuántas veces he dicho esto mismo en otras reseñas, lo que demuestra cuánto le debemos al objetivo alemán clásico) de cuatro elementos en tres grupos. La cámara está diseñada para montar filtros sobre el lente de los denominados Bay-1, con una especie de montura que los hace muy cómodos de usar -mucho más que los clásicos filtros con hilos y roscas-, y que es la misma que adoptan, por ejemplo, las Rollei. También permite acoplar un parasol, que es como lo utilizo más a menudo y con la misma montura para filtros. Pese a que personalmente cuento con filtros y parasol, ambos no pueden utilizarse conjuntamente, ya que el sistema permite montar un sólo accesorio de este mismo tipo.
En cuanto a su rendimiento, no puedo decir mucho más que lo que he dicho varias veces respecto de otros "tipo Tessar": muy nítido desde aperturas intermedias (f/5.6 o más), imágenes contrastadas y que ganan bastante con el uso de un parasol y con un flare aceptable considerando la época de su construcción.
Aunque no tengo ningún dato comprobable, al parecer el lente inferior contaría con un recubrimiento simple (llamado single-coated en inglés), lo que quedaría demostrado con las imágenes que mostraré más adelante. Más detalles sobre el rendimiento óptico lo relego a las imágenes.

4.- Modo de uso. 

Como se ve, no hay muchas variaciones respecto al uso de otras cámaras de cualquier índole. Aunque la Minolta Autocord presentó en sus múltiples diseños algunos "modelos"con exposímetro -incluso algunos Cds-, la mía no lo incorpora o no será raro que el que tiene esté estropeado, por lo que deberá recurrirse a un fotómetro de mano, a alguna aplicación móvil o la nunca mal ponderada regla del sunny16. Bastará en estos casos acostumbrarse con la ubicación de los diales para tomarle el ritmo a la cámara.
Pese a que no hay cámara que no lo requiera, acá es fundamental contar con un mecanismo de sujeción al cuello. Estas cámaras eran vendidas con su respectiva funda de cuero (muy linda por lo demás) que incluía una correa ya que, debido a su tamaño y al modo de uso, era imprescindible que así fuera. Por ende, quien quiera hacerse de una, es absolutamente recomendable que busque alguna que cuente con su funda o analice alternativas mecanismos para instalar una correa que sea compatible.
Palanca de avance; contador de exposiciones
Para quienes no estén habituados a utilizar cámaras de formato medio, lo más complejo en principio será la inserción de la película en rollo. Todas las cámaras de este tipo deben cargarse igual: se requiere de la película y de un soporte adicional -habitualmente siempre queda uno del rollo anterior, para el comprador novato es un asunto importante si no tiene de dónde conseguir un repuesto y no viene ninguno al interior de la cámara-.
En la instalación de la película conviene ceñirse estrictamente a las instrucciones que entrega el manual (cómo no), pero, principalmente, contar con algo de paciencia al principio hasta que se adquiere la experiencia. Posteriormente no será más engorroso que cargar una cámara de paso universal común y silvestre. Una vez puestos los soportes donde corresponde y al inicio de la película, se debe girar la palanca de avance hasta que aparezca alguna indicación, en el rollo, que diga "Start" o algún término similar. La mayoría de las veces vienen acompañados por unas flechas. En este caso deben coincidir las fechas con un punto rojo que se encuentra al centro-izquierda de la parte trasera de la cámara. Una vez alineada, la cámara debe cerrarse y posteriormente girar libremente la palanca de avance hasta conseguir el tope, que coincidirá con la primera exposición. En este caso los giros de la palanca se hacen completos (una revolución o en 360°, como se entienda mejor) hasta llegar al uno: de ahí en adelante el avance será parcial y hasta llegar al tope. Nada mejor que un video para más claridad al respecto (créditos de esta página):


Luego de obtenida la duodécima exposición, debe girarse la palanca de avance con revoluciones completas hasta volver al punto inicial. Con eso, la película expuesta quedará resguardada en el papel que la cubre y sirve de soporte. Del mismo modo, al sacar el rollo de la cámara, la mayoría de los fabricantes de película ofrece un trozo de papel que sirve para asegurar que la misma no se abra, suele ser pegatina que se activa con un poco de saliva.
En cuanto a la toma de fotografía, recordar el eventual error de paralaje que se puede producir en tomas cercanas. Para ello es bueno tomar algunos recaudos, como los que se aconsejan acá.

5.- Opinión.

La Minolta Autocord debe ser una de mis cámaras que primero obtuve y, difícil decirlo de una herramienta, de las que más cariño tengo. La compré a un precio bajísimo y rídiculo hace ya prácticamente cinco años, luego de haber leído bastante sobre ella. 
Me llegó en excelentes condiciones estéticas y de funcionamiento y, la verdad, me sorprendió lo hermosa que era en su momento. Lamentablemente la parte frontal de su funda de cuero se desprendió y no he encontrado la forma de repararla, pero por fortuna, ello no ha complicado su uso.
En virtud de los varios lugares en que la he usado y las diferentes películas que he utilizado con ella puedo dar fe de su fiabilidad. Para mí fue enormemente gratificante ver mis primeros negativos en blanco y negro en formato medio gracias a esta cámara y muchas de las fotos más significativas que he logrado ha sido con ella.
¿Qué le hecho en falta?, si tuviera un fotómetro sería perfecta (aunque hay un modelo que sí lo tiene. No hay elementos en la construcción que uno observe con cautela -salvo la de la palanca de enfoque-. Quizás pedirle un visor más luminoso le haría ganar muchos bonos (aunque es posible incorporar alguno como dan cuenta estos links-. De todos modos, es posible hacer una limpieza del visor de un modo muy sencillo desmontando el mecanismo de sujeción que consta de unos tornillos con lo cual podemos acceder al visor y al espejo sin problemas. En este link se explica cómo hacerlo.
Lo que resulta más increíble aún es que estos aparatos, luego de cincuenta años de construcción, sigan funcionando con lo mínimo: en mi caso no la he enviado nunca a hacer una mantención ni tengo antecedentes si alguna vez la requirió. Sí he puesto atención en sus velocidades lentas, que parecieran llevar un poquito de retraso, pero no lo he constatado por lo poco que las uso.
Al escribir estas líneas creo que no pude acertar mejor con la recomendación: es ciertamente una gran cámara para introducirse al formato medio, considerando que es notablemente más barata que cualquier Rolleiflex y aceptablemente más que una Mamiya. Las Autocord siempre se han asociado a las Yashica TLR en términos de precio y probablemente tengan varios puntos en común en este sentido. Encontrar una buen estado y funcionando seguramente darán satisfacciones a quien se haga de una de ellas.

Entre las ramas
FP4, D-76H

Maíz
FP4, DK-50

Héctor Hernández
HP5, Barry Thornthon

Gustavo Parra
HP5, Barry Thornthon 

Piano cerrado
HP5, Rodinal

Estación a primera hora
HP5, Rodinal



La mesa puesta
HP5, Rodinal


Más fotos tomadas con la cámara acá: Flickr
Formato Medio Parte I, acá

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cuando el CD pasó a ser coleccionable (o de cuando notas que estás más viejo)

Fue una oleada de unos pocos días...y ya estaba lanzado. Visitando una feria "retro" en mi ciudad -Talca- descubrí que un señor vendía varios discos con este formato, muchos de ellos de mi entero gusto: Awake de Dream Theater, Nursery Crime de Genesis y Mirage de Camel, todos a un precio bien conveniente, considerando el estado en que se encontraban. Hace varios post atrás indicaba sobre la preferencia que tengo sobre el formato digital en términos musicales, lo que me ha hecho un usuario de reproductores portátiles. Sin embargo, por temas económicos, no me había hecho de un sistema más o menos decente para reproducir música en parlantes, así que la simple compra de estos CDs generó más gastos: reproductor y complementos y, obviamente, más CDs. También dije hace unos post atrás: vengo del mundo del CD, era el formato rey en el momento en que comencé a escuchar música de forma más consciente. Tuve CD-Walkman (acá les decíamos "discman") y también un estuche en q

Entrando al vinilo. Recomendaciones para incautos

El fiasco de mi primera tornamesa, comprada sin saber nada de nada: barata, vintage ,hermosa y... defectuosa.  Al grano. Hace aproximadamente un año que ingr esé  al mundo del vinilo. Siempre se ha considerado la panacea en términos de goce musical ( quizás sólo su perad o por la cinta reel to reel) y he cometido suficientes errores en el camino como para prevenir a varios incautos. Se trata de un mundo maravilloso y un disfrute de otro orden, no precisamente porque se escuche mejor -la verdad, me importa bien poco lo de la g uerra de los formatos y creo que esta discusión está ampliamente superada-, sino porque su experiencia de escucha deja muchas satisfacciones. Pese a todo, hay ciertas cuestiones en las que es preciso detenerse antes de entrar decididamente en el formato.  Las prevenciones típicas: en este post no haré recomendaciones de tornamesas, ni cuál es mejor que la otra, ni de equipos en general. Desde ya prevengo que esas decisiones se encuentran suficientemente cubiertas

Un minúsculo trozo de historia fotográfica. La Contax 167MT

Las marcas. Según dice todo el mundo, asociar un nombre a un producto cuesta mucho, particularmente si esta vinculación obedece a algo de buena calidad, cuando se habla de ellas por su excelencia (Apple, Channel, Harrods, Mercedes Benz y un largo etc.). Casi cualquier objeto que utilizamos tiene su versión “profesional” o “premium” y no pocas personas están dispuestas a buscar esa excelencia a nivel de estos objetos. Obviamente en el mundo fotográfico de ayer y hoy hay ejemplos de marcas de excelencia. Sin embargo, las cosas han cambiado y a la excelencia se ha unido las necesidades del mercado. Nikon o Canon, las más conocidas de la industria, sacan productos enfocados a distintos segmentos de públicos o necesidad (profesional / intermedio / de consumo). Sin embargo, cuando hablamos de excelencia los nombres asociados son ciertos productos con un potencial de usuarios reducido o, derechamente, otras marcas cuyo estándar es siempre alto, como Leica o Hasselblad. Bueno, esta larga pero