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The Wire: La serie definitiva.

Ya para el año 2017, entre nuevas producciones y continuaciones de las existentes, deben existir, fácilmente, unas 30 series más o menos exitosas y que pueden accederse a través de la TV paga e internet: desde la más nueva y exitosa Stranger Things (de la que todos hablan), pasando por las más veteranas como "The Big Bang Theory" o "The Walking Dead", hasta la reina del momento "Game of Thrones", existen para todos los gustos, colores y sabores.
Sin embargo, recordemos que hasta hace no tantos años atrás estas series no son lo que ahora son: muchas de ellas enfocadas en la comedia o en episodios sueltos sin continuidad, estaban desarrollados para su consumo inmediato. En sí, no se trataba de malos productos, sino que el material típicamente televisivo: rápido y ágil. Para el año 2002, habían también muchas series, pero cualquiera que revise el listado, comprenderá que no son lo mismo que ahora...sencillamente no hay comparación. 
Hablo obviamente desde una perspectiva teórica: por supuesto que no vi ni veo muchas series. Habiendo tanto material disponible y siendo los tiempos con que contamos para "consumir" estos productos es que se hace imperioso acceder a aquellas que sean "mejores". Las comillas del término entiéndanse con la subjetividad implícita que este lleva: de las que hablo son buenas para mí, como ocurre en casi todas las cosas. En este blog ya he hablado de otras series (Fargo, específicamente), pero he sido seguidor de otras más o menos "buenas": Prison Break (las dos primeras temporadas), Lost (la primera temporada), The Big Bang Theory (las 2 primeras temporadas), Breaking Bad, Show Me a Hero y, por supuesto, la a mi gusto inigualable y monumental Mad Men.
Siempre me he considerado un espectador de cine (medio raro, voy poco al cine, pero veo muchas películas) y las series siempre las he que usan el mismo truco: repartos corales, harto giro de guión, una o dos muertes de personajes importantes por temporada, el que estaba muerto aparece vivo después, hartas relaciones afectivas entre los protagonistas. No es que eso esté mal, sino que habiéndose utilizado como especie de plantilla o formato, una vez que se coge la idea la situación ya se torna melosa. Con las series "mejores" por supuesto que esto pasa, pero la diferencia pasa por las profundidades. Me explico. Atendida la duración de una serie (varias temporadas, al menos 10 capítulos por cada una), existe una cosa de la que el cine a veces carece: tiempo. El cine debe explicar, a veces, muchas cosas en muy pocos segundos y los buenos directores saben muy bien cómo hacerlo de forma extraordinaria y sin que esa información nos sea tirada encima (recuérdese al efecto el inicio de La Ventana Indiscreta de Hitchcock, con la presentación del personaje de James Stewart). Sin embargo, las series cuentan con tiempo para ahondar en la sociedad, explicar contextos o hacerlos más complejos, horadando las profundidades de sus personajes. Si el cine es bueno mostrando tonos, las series, en teoría, pueden mostrar la escala de grises completa.
Como es habitual en mis publicaciones, esta instroducción sirve para fundamentar el porqué hablaré de The Wire (traducida como Bajo Escucha en España o "Los Vigilantes" en México), exhibida en cinco temporadas de 10 capítulos cada uno de una hora aproximada (salvo el episodio final que dura dos), desde el 2002 al 2006 por la cadena HBO. Las razones están esbozadas anteriormente: tiene todo lo que las series tienen, pero además tiene anchura, altura y profundidad: sus personajes son tan importantes como el medio en el que se desenvuelven, como la sociedad en que viven, como en la ciudad que habitan. 
Los hechos narrados transcurren en la ciudad de Baltimore y, en un resumen muy malo, podríamos resumir que es la lucha entre policía y traficantes. Y es muy malo porque, quizás sea bueno a veces entrar con esta información antes de ver la serie, esta ciudad es una de las más complejas de los EEUU: para el año 2017 se intentó una campaña de alto al fuego para evitar que la ciudad pasara 72 horas sin un asesinato, considerando que una persona muere al día en promedio. Vivo en Chile y esta información naturalmente no la conozco de primera persona, pero con un poquito de investigación en la red podríamos destacar que no se trata de una ciudad particularmente apacible: para el 2016 es la cuarta ciudad más peligrosa de EEUU y para el portal de noticias ABC, es la capital de la heroína en ese país.
Con estos antecedentes, la serie se adentra no sólo en el conflicto derivado entre la policía y traficantes, sino que, en lo que a mi parecer es la clave de todas aquellas producciones que se han dedicado a mostrar este tipo de temáticas es lo que los gringos llaman "the game": el sistema de la droga. El negocio podría simplificarse de la siguiente forma: los ingresos de la droga son ingentes y para ello el traficante a escala debe evitar el control policíaco como a la eliminación de bandas rivales con las que compite por proveedores y distribución. Para evitar la mayor parte del control debe contar con colaboradores y destinar parte de estos ingresos en coimas a todo nivel, como contar con fuerza suficiente para repeler por las armas a sus enemigos o adquirir territorio si se busca una expansión. Por ende, el producto final que paga el yonki no sólo es el costo de producción por gramo de heroína, sino las coimas, las armas, los vehículos y la ganancia del traficante. Del mismo modo debe invertir parte de sus recursos en blanquear estas cantidades de dinero que no puede usar por ser "sucio", lo que encarece la operación. Lo que digo no es gran análisis y no es necesario que lo explicite acá para que cualquiera lo entienda: lo hago principalmente para marcar el contrapunto con una serie que podría mirarse con los mismos ojos como Breaking Bad, el del profesor frustrado de química que, luego de ser detectado de cáncer, comienza a producir droga y, en el camino, se adentra en "el juego". Y la verdad es que las diferencias son evidentes: mientras Breaking Bad se trata de una serie simpática con final trágico, The Wire destila realidad, tanto en lo bueno y en lo malo. Pero quisiera explicarme brevemente después sobre las diferencias. 
En cuanto a los personajes, hay muchos y, con ellos sus derivados: cada uno tiene familia, parejas, sexualidad y problemas. La serie en ese sentido otorga densidad a sus personajes, pero estos esbozos no hacen perder el norte: lo que importan son los hechos.
Creo que hay algo que a The Wire lo hace única y no he visto en otras producciones, que es la introducción por temporada de capas de información. Lo que empieza siendo un juego gato-ratón entre policía/traficantes, luego es ampliado por nuevas instituciones (personificadas en nuevos actores), por lo que cada temporada podría ser definida por la nueva capa introducida: la primera podría ser la díada traficante-policía, la segunda "el puerto", la tercera "los políticos", la cuarta "los niños" y la quinta "el periódico". Y acá es lo que hace genial a cada una de estas capas, ninguna de ellas es moralmente clasificable ni neutra: aunque podría pensarse que los traficantes son malos per se, durante el transcurso puede verse que algunos siguen algún código de conducta; los policías persiguen las drogas pero no son ni por asomo blancas palomas; los trabajadores portuarios ingresan la mercancía aunque no les importa mucho su contenido si les pagan bien (o pueden sacar algún provecho); con los políticos ni hablar; y el periódico siempre busca noticias grandilocuentes, aunque el día a día no se las de.
También lo que queda en evidente son las motivaciones que cada una de estas instituciones tiene: la de la policía no es la lucha contra la droga, sino detener los índices de violencia; los del puerto, utilizar el monopolio de ingreso de mercadería en el puerto para cumplir con sus expectativas; los policías, alcanzar un cargo o aspirar a otro mayor; los niños, convertirse en un buen elemento para el juego; el periódico, alcanzar una noticia grande para acaparar lectores y obtener el reconocimiento de los otros periódicos.

Análicemos algunas cosas:

1. La variante estética.
Pese a ser una serie, de acuerdo a la página de IMDB, esta serie se rodó como si fuera cine...y a principios del siglo: con película en 35mm. Es muy notorio -al menos en los archivos que conseguí- la presencia del grano que se obtiene de la película fotográfica. La forma de filmación es muy similar a la utilizada en Breaking Bad -creo que The Wire es el antecedente de ésta- los planos se parecen bastante y el enfoque está dado por el realismo. No hay grandes planos secuencia ni travellings largos, salvo en circunstancias determinadas y con una evidente intención de ser informativos (puedo recordar que en el inicio de la quinta temporada hay uno al interior del periódico). No hay foto preciosista ni nada por el estilo, tampoco encuadres complejos ni nada similar. Como ya se dijo, el parecido con Breaking Bad es evidente, pero sólo respecto a las secuencias que muestran el bajofondo: no existe la opulencia del policía-cuñado y ni siquiera ese hogar confortable en el que vivía el protagonista. Mientras que en Breaking hay lugares confortables y hermosos mostrados, en The Wire todo es frío y sucio (física y moralmente). 

2. Sonidos y música.
Como toda buena producción, el audio destaca por la música que tiene -o de la que carece-. En The Wire la música casi pareciera ser siempre incidental: está en el aire, en la radio de los policías, en los autos de los traficantes, casi nunca adrede o puesta al estilo Wagner como parte de la caracterización de los personajes (no hay leitmotiv).
Sin embargo, al final cada capítulo, había una melodía maravillosa, de cadencia lenta y apacible. Tan genial que ahora forma parte de un pequeño montón de melodías sueltas que escucho de vez en cuando. Acá está para que le pongan oídos

3. Reparto. Calidad actoral
Amplísimo. Casting impecables. Leía en una crónica que el personaje de "Omar" fue elegido con sólo una audición y acertaron al pleno. Cada uno en su cometido anda perfecto. Hay que señalar que en muchas ocasiones se utilizaron personajes propios de Baltimore y en papeles que le eran afines (conocido es el caso de Snoop, de la tercera temporada en adelante, en que quien lo caracteriza estuvo en la cárcel por homicidio). Lo anterior denota una preproducción considerable, en la cual siempre se buscó el realismo por sobre todo, no sólo en el reparto sino que en la creación de la historia, en la cual tuvieron participación jefes de policía de la ciudad.
No hablo acá que la serie esté llena de Al Pacinos ni de Robert de Niros. Cada cual cumple su papel y lo hace bien, resulta creíble. Ninguno es sobreactuado. Eso se agradece.

4. La siempre punzante "arista moral".
La serie es pródiga es mostrar faces o aristas. Perspectivas. Puntos de vista. Pero en la tercera temporada se muestra un "experimento social": un jefe de policía, aburrido de una lucha idiota contra las drogas y que no soluciona el problema, opta por crear una zona protegida que permite el tráfico y el consumo, dentro del cual existe permiso para ingresar y salir y cuya única condición es que no exista violencia.
The Wire no sólo se erigió en una excelente serie de TV, algunas veces con calificaciones hiperbólicas, sino también como una forma de discutir de temas importantes. ¿Es el rol del policía el de siempre ir al choque y recurrir a la violencia? ¿Era reprochable una decisión de este tipo a costa de mantener el resto de los barrios tranquilos?. Un excelente apunte se encuentra en este link y reproduce un diálogo que no olvidé por su lucidez. 
Considero que si una producción audiovisual logra que uno pueda hacerse cuestionamientos de este tipo, de los que no sólo se presenta un mundo interior y personal, sino que invitan a la reflexión de lo que queremos como sociedad, es lo que hace a The Wire una gran serie, enorme.
Y para quien no la ha visto, tan fácil que es de conseguir...

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