Ir al contenido principal

Chris Squire, el pez fuera del agua

Este año (hablo del 2017) Yes fue elegido para ingresar al Salón de la Fama del Rock, momento crepuscular de la historia del grupo. Aunque el reconocimiento es lo de menos, el hecho que sea un grupo de adultos mayores que ya vieron pasar sus grandes éxitos lo transforma en una especie de lápida anticipada: la crónica de una muerte anunciada, aunque grandilocuente.
Siempre estas líneas se han escrito desde la parcialidad más absoluta, pero ahora especialmente prevengo que las que siguen lo serán mucho más. No sólo por ser confeso admirador de la banda, sino también por mi preferencia en cuanto a lo que me define en cuanto a gusto musical o de la forma en que yo entiendo que se marca alguna preferencia musical.
En varias partes se intenta explicar la música progresiva como una serie de mezclas e influencias derivadas del rock, el jazz y la música docta. Eso es una tautología: los mismos orígenes reclaman otras músicas, más o menos nobles que el progresivo. Lo que, a mi parecer, establece la muestra más significativa del género es la remisión a los grupos musicales que los definieron. En este caso Yes es un descriptor del progresivo (al igual que Genesis o King Crimson, por nombrar sólo algunos) así como la muestra clara de una forma de hacer y entender la música.
Yes no sólo es reconoscible por su brillante primera etapa en términos compositivos, sino de una mezcla sinfónico-espacial transmitida por las brillantes atmósferas de Rick Wakeman, los complejos arreglos de la guitarra de Steve Howe y la potencia del bajo de Chris Squire.
¿Qué se yo de música? Malamente podría distinguir un oboe de un clarinete, no sé tocar ningún instrumento -siquiera para alguna canción popular- y no canto ni en la ducha. Pero sí reconozco el bajo de Chris Squire. Y me encanta. Los graves de Yes son tan audíbles, pero estos nunca se esconden tras otro instrumento; tampoco limita o bloquea otros sonidos, sino que amplía el espectro sonoro, lo hace más espacial, profundo (en términos físicos), grande. Las cuerdas del bajo de Squire parecieran más gruesas que las de cualquier otro bajo, y su vibración, más larga.
Se le considera por muchos como el alma matter del sonido Yes y al parecer ninguno anda muy lejos. En aquellas partes en donde toma las banderas lo hace de verdad y con momentos deslumbrantes: revuerdo en este momento el momento en que coopta el momento en Ritual (Il Noums du Soleil), The Fish o Starship Trooper en sus presentaciones en vivo, cuando acompaña nunca lo hace para marcar el ritmo, siempre complementa, enriquece.
No es difícil encontrar información en la red sobre la importancia y calidad de Squire y el reconocimiento a su trayectoria en vida. Creo sinceramente que bandas como Rush o Tool, tan disímiles entre sí encuentran en sus bajos un soporte en el estilo Squire, siempre tan presentes, gruesos o potentes en sus composiciones. Se le considera uno de los bajos insígnes de la historia del rock en una época en que germinaron bajos enormes: pienso en el mismo Geddy Lee, Mike Rutherford, Roger Waters, sólo por mencionar algunos. Estos son títulos facilistas cuando se habla de un músico recién fallecido y siempre motivados por los comentarios hiperbólicos de quienes inundamos las redes, pero eso no puede significar en ningún caso hacernos perder el norte: la muerte se llevó a un enorme compositor, bajista y vocalista de excepción.

El Pez fuera del Agua.
Conocido en el circuito -cuestión que al parecer asumió con mucha propiedad- como The Fish, Squire realizó un proyecto en solitario, independiente de Yes, que dio origen al disco The Fish Out of Water, lanzado en 1975. En este trabajo Squire hizo todo: composición, letra, voces, guitarras y, obvio, un bajo majestuoso y omnipresente en toda la obra. No sólo eso, se dio maña para acompañarse de un tremendo grupo de colaboradores: Patrick Moraz (tecladista en el Relayer de Yes), Bill Brufford (batería en Yes, Genesis, King Crimson y solista), Mel Collins (vientos en King Crimson, Caravan, Camel), Jimmy Hastings (Caravan)...gente con algún curriculum.
Aunque su sonido, según concuerdan todos, es muy yessiano existe en él algo más de calidez. No están ausentes del disco pasajes complejos y derivaciones desde el jazz a arreglos sinfónicos. El inicio del disco no puede ser más magnífico: la presentación del bajo con el sonido de un órgano de catedral. Su voz, impecable. Las transiciones de un track a otro se hacen a través de arreglos orquestales, lo que otorga continuidad a todo el disco. El segundo tema tiene una flauta encantadora, que coopta el tema e introduce en un desarrollo muy emotivo y hermoso.
El tercer tema abre con arreglos de vientos: una flauta delicada acompaña la voz de Squire que es suave y armónica, hasta que el tema toma ritmo y gana en potencia en donde predomina el bajo -como no- , teclado y batería...hasta que todo vuelve a la tranquilidad inicial. Maestría pura.
Lucky Seven, cuando escuché por primera vez el disco, fue el tema que me envolvió. El bajo es tan potente y atmosférico y, acá me lo sacan de la boca, encantadoramente jazz/funkero: sensualidad nocturna. Actualmente ha cedido el paso como track favorito, no puedo sino escuchar el disco completo. El tema final es un Safe (Canon), una suite de 14 minutos en que se cocinan todos los recursos: orquesta, bajo, vientos. Es difícil describir este tema, sus variaciones sin tantas y tan ricas que en realidad las palabras sobran...tanto o más que las anteriores.
Ficha técnica:
Artista: Chris Squire
Álbum: Fish Out of Water
Año: 1975
Duración: 42:33
Tracklist:
1. Hold Out Your Hand
2. You By My Side
3. Silently Falling
4. Lucky Seven
5. Safe (Canon Song)

Alineación:
- Chris Squire / vocals, bass, 12-string electric guitar
- Andrew Pryce Jackman / acoustic and electric pianos, orchestrations
- Bill Bruford / drums
- Patrick Moraz / organ, bass, synthesiser
- Barry Rose / pipe organ
- Mel Collins / saxophone
- Jimmy Hastings / flute

Entradas más populares de este blog

Consideraciones sobre Formato Medio II. La Minolta Autocord

En la entrada anterior me extendí un poco hablando sobre el denominado "Formato Medio" en fotografía, sobre sus ventajas y particularidades. Hoy es hora ya de entrar de lleno Mi ejemplar. Foto del año 2013 revisando una cámara que, aunque no es propiamente una clásica, sí es un modelo de referencia y uno de los tipos que, sin duda, es de los más demostrativos del formato medio: hablo de la Minolta Autocord y el sistema "twins lens reflex". Ya hablaremos de esto más adelante. 1.- La marca Minolta. Hablar de Minolta no es hablar de cualquier marca. Una de las casas tradicionales en la fotografía de antaño, productora de artículos fotográficos, principalmente cámaras de distintos formatos, objetivos y también película. La literatura abundante en internet sobre Minolta es clara en señalar diversos hitos a la hora de entender cómo fue que se hizo un mercado y, también, cómo devino su caída. De todos modos, pese a que como marca no hubiera prosperado ...

Reduciendo el agua en el lavado de negativos.

En el procesado de película en blanco y negro, una vez finalizadas las exposiciones, se debe proceder al revelado, el cual, como se ha dicho acá y en un montón de otro lugares, puede ser realizado por cualquier persona y en cualquier lado. Simplificando, diremos también que el revelado “ normal ” consta de una serie de pasos que deben seguirse y que podemos resumir en las etapas de revelado, baño de paro, fijador y lavado. Sin embargo, a estos 4 baños “estándar”, además de poder controlar y manipular varios elementos propios del proceso tales como dilución de los químicos, temperatura de los baños, agitación del químico en el tanque de revelado, etc., -lo que no es poco-, también podemos agregar otros baños o etapas con algunos fines determinados. Entre ellos se suele considerar un prelavado de la película o del Hypo Clearing Agent (en adelante HCA), al que se dedican estas líneas. EL HCA puede traducirse como “Agente Aclarador de Hipo”. El hipo (contracción de hiposulfito de ...

Zenit-E. Comentarios y fotos de pruebas

Recientemente he adquirido una Zenit-E. La compré por esas vicisitudes de la vida que mejor ni recuerdo, ya que al día siguiente estaba arrepentido de haber concretado la compra, por cuanto el motivo que me llevó a comprarla (su lente) podía haberlo solucionado de otra forma. La Zenit-E es una cámara réflex de 35mm producida en la URSS. Como no es mi intención dar una clase magistral sobre la cámara, les dejo el siguiente artículo en donde explican con detalles   sus particularidades, así que los invito a leerlo que es muy entretenido. La camarita, con sus pro y sus contra, tiene su historia y no por nada se produjeron más de 3 millones de unidades en 26 años de fabricación, así que quizás se merezca algo de respeto. La mía es de las "pocas unidades" que está completamente en negro y, de acuerdo a su número de serie, fue producida en enero de 1980. Viene con el clásico lente Helios 44-2 con un sistema que recién conozco denominado preset, en donde trae dos anillos para cam...