Para los chilenos, quizás a estas alturas nadie desconozca
la trama principal de NO (2012) del realizador Pablo Larraín. Muy
sintéticamente cuenta del diseño de la franja publicitaria de la oposición al
régimen de Augusto Pinochet, que desembocó posteriormente en el triunfo de la
opción NO -por ende, la vuelta de a la “democracia”-.
Tratándose entonces de una película de ficción pero con un
tono muy historicista y documentalista, considero que debe evaluarse desde la
perspectiva histórica y la propiamente cinematográfica.
Respecto a la
primera, en honor a la verdad me parecen infundadas las críticas que la opinión
pública ha deslizado sobre la película porque daría la falsa de que el triunfo
del NO se debería casi de forma exclusiva al éxito mediático que alcanzó la
franja en su tiempo. Desde ya parece claro que un episodio histórico como al
que nos referimos no se genere por sola influencia de la televisión, pero
tampoco creo que haya que polemizar mucho al respecto: si alguien desea
aprender sobre la historia de un país -particularmente del propio-, creo que lo
mejor sería buscar verdades en un manual o en artículos de historiografía antes
que en una película de ficción. No se debe confundir el deseo del director de
transmitir la verdad histórica en imágenes -a fin de contextualizar su ficción
y hacerla vívida-, que creer que esas imágenes son realidad y menos que den fe
de un acontecimiento histórico. Por último, tampoco debe desdibujarse la
relevancia de ese espacio televisivo en cuanto a su importancia real, ya que
como nadie discutiría que es la causa de la caída del Régimen, tampoco puede
negarse el hecho de que sea quizás de lo más potente que se conserve en la
memoria colectiva del país, tal como ocurrió con la visita del Papa.
En cuanto a lo cinematográfico propiamente tal, la pelicula
toma algunas decisiones importantes y arriesgadas. La primera es el formato (ver
aquí): utiliza cinta magnética de la época en formato 4:3 de una
calidad despreciable, pero justificada porque intercala material de archivo de
la época, haciendo las transiciones
ficción/realidad menos notorias. Debe tenerse presente también que el filme
utiliza a personeros de la época como actores, inclusive a un Ex-Presidente de
la República, motivo que justifica aún más el formato electo, a fin de evocar
la visualidad de la época al espectador que presenció los hechos, como para
contextualizar la historia respecto de los más jóvenes que no tienen recuerdos
de los acontecimientos.
La segunda decisión importante y que creo que es lo que ha
calado más hondo de la pelicula, es la visión crítica que desliza al mundo
político, particularmente a lo que vino después del plebiscito. Creo que la
película toma una posición clara respecto a quién prefiere y también justifica
el uso de publicidad abiertamente "comercial" para lograr sus
objetivos. La crítica que la película esboza no ataca al hecho que a la
ciudadanía se le “vendiera democracia” al igual que bebidas gaseosas, ya que en
ambos casos se trata de publicitar “algo” que se espera sea preferido por el
público: sólo recuérdese las peleas que el protagonista tiene con aquellos que
quieren mostrar en la franja las tropelías del régimen y darle un carácter
testimonial, justificándose entonces la línea argumental del espacio que
aparece en televisión de caracterizado por el humor y la alegría, lo que se
transformó como motor de la campaña. En el fondo, la crítica se desliza en el
momento en que comprendemos efectivamente que la Concertación de Partidos que
constituye la oposición no fue otra cosa que un producto nacido de las
circunstancias y con un objetivo único: la caída del régimen. Es porque en
realidad esa colectividad sin proyecto -tal como se describe a poco iniciar el
metraje- podía venderse como un producto al igual que la Free, el microondas o
una telenovela. Es porque la visión del futuro alegre y con esperanza ataca de
tal forma el alma humana que puede explotarse para prometernos cualquier cosa.
Ahora bien, esta lectura -muy particular por lo demás- no puede servir para
otras interpretaciones que la película no propone y que otros han esbozado,
sintéticamente en el fraude que habría significado los gobiernos posteriores de
La Concertación y el hecho de que "la alegría nunca llegó", sin que
pueda negarse que hay un germen dentro de ella.
En lo que respecta a la historia de los personajes, creo que
es de poco interés la tirantez amorosa del protagonista con la madre del niño y
su posterior decepción -llora por soledad o por desamor?-, como también la
pseudo competencia que se desarrolla entre éste y su empleador. La primera
historia creo que no añade mucho al contexto de la trama en general -nada
personal con Antonia Zegers, que está muy bien en lo que hace-; mientras que la
lucha entre los protagonistas toma relevancia cuando en la película se descubre
la batalla la existencia de una batalla declarada entre ambos a través de las
franjas que defienden, máxime si se considera la posición que tienen ellos al
interior de la empresa en que trabajan -de jefe a empleado, respectivamente-.
En términos más generales, considero esta es la película
mejor lograda de la "Trilogía de la Dictadura" de Pablo Larraín,
debido principalmente a que aborda asuntos -hasta contrapuestos- de carácter universal:
el valor de la democracia, la lucha pacífica a través de la publicidad, la
utilización de los medios de comunicación como herramienta de denuncia, la
banalización de la democracia, la podredumbre de las dictaduras, y un largo
etc. Aunque en las otras películas (Tony Manero, Post-Mortem) podía olerse una
cierta maldad o pobreza en sus personajes, proveniente de la propia sociedad en
que éstos estaban insertos (como podría analogarse con la idea de fondo de La
Cinta Blanca de Michael Haneke), siempre me dio la impresión de estar viendo
historias de personas particulares o únicas y que el director se servía del
Régimen Militar como excusa para desarrollar esta presunta maldad o
podredumbre. Sin embargo, en NO se muestra un Chile donde todos los personajes
saben bien lo que pasa y tienen conciencia del momento que se vive, y que éstos
saben que lo suceda traerá consecuencias en lo personal.
Comentarios