Confieso que me hice el ánimo el viernes en la noche. Fácilmente llevaba dos semanas encima del reproductor de DVD del computador, expectante ese disco en ser reproducido. Las críticas para cinta del maestro Eastwood no habían sido de las mejores y me aterraba la idea de saber de una decepción de un director al cual admiro.
Sólo la fe en Clint Eastwood me hacía perseverar en esa cita obligada que todo amante del cine actual debe tener con el protagonista del cine western cuando dirige películas. Leyendo las sinopsis y las críticas, mi ánimo se había predispuesto a ver una nueva "City of Angels" un poco más sofisticada.
Tres historias paralelas, de mundos distintos, son contadas en esta cinta: sí, muy similar al entrecruce de personajes al estilo de González Iñárritu (Amores Perros, Babel, 21 Gramos). Una periodista exitosa [Cecil de France] (conductora de un programa de TV y "rostro" de una marca de teléfonos en Francia) que se encuentra de vacaciones en una playa (Bali?) y que vive una experiencia muy cercana a la muerte producto de un maremoto (notables efectos especiales); un "medium" que huye de su don de comunicarse con los muertos [Matt Damon], tratando de normalizar una vida rodeada de la soledad provocada por el peso de su "facultad"; un niño huérfano que pierde a su hermano gemelo y a su madre alcohólica y drogadicta.
La matriz de la cinta es, sin duda alguna, la muerte: la experiencia de morir para volver a la vida, una vida conectada indisolublemente a los muertos y la pérdida de un ser querido. Eastwood da por sentado que existe "algo más" después de la muerte, que hay una experiencia de muerte, que hay "vida" después de la muerte. Que los muertos se encuentran conectados a los vivos, que conservan sus sentimientos y culpas y que, inclusive, pueden conectarse con nosotros.
Contar historias y desarrollar una trama como la que propone Hereafter puede conducir siempre a caminos sin salida. No será complejo caer en cursilerías, en tratar de dar por sentado lo que no es, en ser más propositivo que argumentativo. Eastwood cae en esas tentaciones, hay, a mi parecer, escenas que sobran y uno que otro diálogo usual y hasta torpe.
Sin embargo, al tirar la raya para la suma, "Más Allá de la Vida" obtiene saldo positivo. Hay escenas que deslumbran no por su complejidad intelectual, sino que por la sobriedad de su mensaje, por la forma de comunicar un sentimiento común...por la forma en que nos dice, en cada toma, con cada personaje, que no somos esclavos de la muerte, que vivir no se trata solamente de respirar, ni de obrar para trascender, se trata exclusivamente para determinar nuestra personalidad, de buscar el camino que nos conduzca a la felicidad. Y que ese camino, por suerte o por desgracia, se recorre solo.
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