Ir al contenido principal

La resaca del Bicentenario

El manoseado Bicentenario. Chile cumple 200 años y, ante la magnificencia de la fecha, deberian aflorar determinados sentimientos o conductas por parte de cualquier chileno, independiente de su posición.
Aunque entrar en el análisis de Chile recorriendo 100 años y su posición actual ad portas de pleno tercer milenio debiera ser el picadillo de cuanto analista e historiógrafo rondara en el país, quisiera hacer frente a otras inquietudes.
No me ha producido estupor, pero sí cierta congoja observar que se aproveche la ocasión para discurrir en temas país importantes. Me refiero a cuestiones presentes al mismo Centenario, asuntos que al día de hoy permanecen vigentes. Aparte del tema identitario, persisten en nuestra sociedad determinados vicios que no se han erradicado.
Afrontar con dureza la erradicación de la extrema pobreza, la disminución de la desigualdad social y la consecuente desastrosa redistribución del ingreso han sido temas pendientes y sin solución hasta ahora. Aunque podriamos pensar que la magnitud de estos problemas no son de la misma envergadura que aquellos presentes a principios del siglo XX, ellos se mantienen a la espera de solución a fin de construir el país desarrollado que todos esperamos.
Aparte de las buenas intenciones de paradojales reuniones llenas de dogmáticos y gente afín y los esfuerzos de cada gobierno para enfrentar problemas de cuantía menor, las soluciones conducen al balance de un rotundo fracaso.
El Bicentenario ofrece una oportunidad única para realizar ese balance de una forma seria y responsable, sin búsqueda de culpables. Debería arraigar la idea profunda de una posibilidad de proyectar a largo plazo determinadas políticas y gestiones tendientes a la construcción conjunta del país que queremos.
Me refiero a la debida unidad del país frente a la celebración del verdadero contrato social que potencie los lazos de hermandad y aune fuerzas a fin de determinar directrices a trazar el día de mañana.
Considero especialmente particular la voluntad de todos los sectores de constituir el acontecimiento en una megafiesta, sin provocar en cada uno la instancia de reflexión necesaria para detenerse en la existencia de los campamentos, la discriminación, el consumo desmedido, el daño ambiental. Tengo temor que al final del día el Bicentenario se transforme en el recuerdo de 4 días de fiestas financiadas con bonos extraordinarios, en donde se rememore el terremoto y los mineros atrapados.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Cuando el CD pasó a ser coleccionable (o de cuando notas que estás más viejo)

Fue una oleada de unos pocos días...y ya estaba lanzado. Visitando una feria "retro" en mi ciudad -Talca- descubrí que un señor vendía varios discos con este formato, muchos de ellos de mi entero gusto: Awake de Dream Theater, Nursery Crime de Genesis y Mirage de Camel, todos a un precio bien conveniente, considerando el estado en que se encontraban. Hace varios post atrás indicaba sobre la preferencia que tengo sobre el formato digital en términos musicales, lo que me ha hecho un usuario de reproductores portátiles. Sin embargo, por temas económicos, no me había hecho de un sistema más o menos decente para reproducir música en parlantes, así que la simple compra de estos CDs generó más gastos: reproductor y complementos y, obviamente, más CDs. También dije hace unos post atrás: vengo del mundo del CD, era el formato rey en el momento en que comencé a escuchar música de forma más consciente. Tuve CD-Walkman (acá les decíamos "discman") y también un estuche en q

Entrando al vinilo. Recomendaciones para incautos

El fiasco de mi primera tornamesa, comprada sin saber nada de nada: barata, vintage ,hermosa y... defectuosa.  Al grano. Hace aproximadamente un año que ingr esé  al mundo del vinilo. Siempre se ha considerado la panacea en términos de goce musical ( quizás sólo su perad o por la cinta reel to reel) y he cometido suficientes errores en el camino como para prevenir a varios incautos. Se trata de un mundo maravilloso y un disfrute de otro orden, no precisamente porque se escuche mejor -la verdad, me importa bien poco lo de la g uerra de los formatos y creo que esta discusión está ampliamente superada-, sino porque su experiencia de escucha deja muchas satisfacciones. Pese a todo, hay ciertas cuestiones en las que es preciso detenerse antes de entrar decididamente en el formato.  Las prevenciones típicas: en este post no haré recomendaciones de tornamesas, ni cuál es mejor que la otra, ni de equipos en general. Desde ya prevengo que esas decisiones se encuentran suficientemente cubiertas

Cobranzas y terremoto: una dupla destructiva

--> ¡Qué charcha es trabajar en cobranzas! Hemos sido testigos de una catástrofe cuyas dimensiones solamente puede dimensionar quienes han visto de cerca la devastación que dejó. Han pasado varios días ya desde que ocurriera este enorme percance y las consecuencias que deja son horribles. La mayoría de la infraestructura céntrica talquina destruida o con serios daños, centenares de personas sin hogar ni trabajo, el transporte muy limitado. Inclusive aun podemos sentir las réplicas como suceden, aunque su intensidad es mínima. Ahora, confieso que el terremoto me ha afectado profundamente. No lo digo desde la perspectiva personal, por cuanto ninguno de mis familiares ni amigos cercanos han perdido la vida, sino solamente algunos enseres. En el hogar perdimos únicamente vajilla y copas, nada de consideración; sin embargo, veo que la ciudad en que vivo se encuentra irreconocible y cuya recuperación sólo puede vislumbrarse a un largo plazo y después de muchos esfuerzos. El ret